Hay fechas muy emblemáticas e inolvidables en la Historia de los pueblos amigas y amigos internautas de nuestras "Letras Encadenadas". Dentro de algo menos de dos años se cumplirá el nonagésimo aniversario del golpe de estado protagonizado- entre otros- por Paquito el comandantín contra la Segunda República Española. Esa fecha de infausto y terrible recuerdo dio lugar al suceso más grave del siglo pasado en España: la Guerra Civil o para algunos la Incivil Guerra. En ella durante casi tres años ambos bandos lucharon para que España fuera una nación próspera y por ende desarrollada. En la que- en teoría- todas y todos remásemos en la misma dirección: ser un país donde se viviera muy bien y la concordia presidiera todo. Pero bajo ópticas diferentes. El primero tendría un único jefe que se elegiría así mismo. La religión regiría prácticamente la vida cotidiana de sus habitantes. El segundo sería mucho más democrático y en consecuencia habría más libertad. La práctica religiosa sería un ámbito más. Los dos luchaban por lo mismo. Realmente no se tuvo que llegar a esta situación tan extrema. Lo que ocurre es que somos una nación en que el cainismo está por desgracia muy presente, y no hay manera de ponerse de acuerdo en casi nada. Todas, todos quieren arrimar el ascua a su sardina. Lo mío es más importante que lo tuyo. No hay lugar para una tercera vía, opción. Siempre presente los dos bandos o las dos Españas. No había lugar- como digo- para una tercera. Los que eran partidarios de ella era mirados como enemigos por parte de unos y de otros. No existía lugar para las medianías. Se imponía el atávico extremismo hispano. Ya lo decía Lorca en una de sus obras teatrales más gloriosas: "BODAS DE SANGRE". Concretamente el personaje de la madre: «DOS BANDOS. AQUÍ HAY DOS BANDOS. TÚ CON EL TUYO Y YO CON EL MÍO». Pues, bien con este panorama hubo gente que se ocultó o que tuvo que huir al extranjero. Como uno de los grandes periodistas españoles: Manuel Chaves Nogales. Pero, lo peor de todo no fue la guerra, sino lo que vino después: la terrible y despiadada postguerra, que duró a mi juicio hasta casi bien entrada la década de los sesenta. Las venganzas en forma de juicios sumarísimos y posteriores ajusticiamientos mediante los fusiles fueron algo habituales en muchos lugares de la Iberia. También la lucha feroz protagonizada por una serie de nostálgicos en las montañas pirenaicas, alpujarreras, penibéticas o de los Montes de León o cordillera cantábrica contra la dictadura cruel y sanguinaria de Paquito. Aspiraban a derrotarle y a que volviera el legítimo gobierno de antaño, es decir la República. Estas guerrillas republicanas eran conocidas como «maquis». A Paquito no le costó mucho el aplastarles. La Guardia Civil se encargó de ellos. Realmente su cometido fue muy eficaz. No tardaron muchos años en pacificar toda la nación. Una pacificación que residía fundamentalmente en los cementerios. Su famosa «paz de los campos santos». Resultó que andando las décadas al tal Paquito se le presentó un enemigo muy, muy difícil de pelar que en principio residía en el norte, aunque posteriormente se extendiera por parte del territorio hispano. La serpiente y el hacha atormentaron nefastamente a todo el resto de hispanas e hispanos durante más de 50 años. Sus batallas no sirvieron para nada. Al igual que la de esos aventureros nostálgicos, porque las cosas a pesar del cambio de régimen siguieron igual. Por otra parte, ocurre que para los vencedores de esa guerra sólo existía una memoria, solo honraban a sus muertos. Las del otro bando era desdeñada, ninguneada, despreciada... los muertos del otro bando según su alinealidad no eran españoles. No habían existido. Llevaban tenazmente a la práctica el dicho español «al enemigo ni agua». En la inmensa mayoría de las iglesias había un monolito o recuerdo a los que «habían dado su vida por Dios y por España». Una impresionante escritora que responde al nombre de MARIVÍ G. LEDESMA ha rescatado en una maravillosa novela histórica llamada "LA MEMORIA OLVIDADA" ese arrumbamiento consciente de los del saludo a la romana. Le ha editado excelentemente la muy buena editorial MALUMA S. L. Evidentemente "LA MEMORIA OLVIDADA" es una narración netamente realista en la que se refleja esa lucha despiadada, toda la crueldad de las escaramuzas guerrilleras entre esos soldados sin fortuna, aunque la guardia civil prefiera llamarles bandoleros- y los del charolado tricornio. También la vida de los pueblos de esas zonas escabrosas serranas, que llegaban con sus estribaciones hasta la mismísima costa y a las de la casa-cuartel del instituto armado. En la cual existían los echados pa alante, los psicópatas sanguinarios y los medrosos pusilánimes. Ésta no difiere casi nada de la que se dan en el resto de hogares de los pueblos. Las pocas diferencias que se pueden dar son el que al vivir en ...