Esta semana, en El Senado de Alicante Plaza, proseguimos con nuestro serial sobre la Universidad aprovechando que las elecciones al rectorado de la UA están a la vuelta de la esquina. En esta ocasión, hablamos del personal de administración y servicios, una entidad elemental para que la Universidad tenga su funcionamiento al corriente.

Nos acompaña en la tertulia de hoy, Enrique Herrero, catedrático de Química de la Universidad de Alicante y candidato a rector en las próximas elecciones de noviembre; Teresa Albero, especialista técnica de la Unidad de Diversidad del Vicerrectorado de Igualdad: y Marcos San Martín, analista de sistemas en el Servicio de Informática

Se abordará la mejora de cualificación de la carrera de los PTGAS. Las labores del PTGAS han aumentado en dificultad. Es necesario mejorar su especialización. Antes se podía cambiar de puesto y adaptarse fácilmente al nuevo. A día de hoy es necesario una mejor descripción del puesto de trabajo y de adaptación de perfiles para su desarrollo.

Por otra parte, se debe, en unos tiempos de constante evolución, la formación permanente del personal. Mejorar la formación del PTGAS en ámbitos como la gestión económica, nuevas tecnologías y aprendizaje de idiomas son cuestiones clave en una universidad moderna. Los cursos de formación deben de estar adaptados a las necesidades de la institución y del colectivo. Replantear la organización de los cursos, sobre todo gestión económica, casos prácticos y que abarquen todos los puntos de la gestión.

Con la nueva legislación, el número de interinos se ha reducido de forma considerable, es necesario tener una carrera profesional clara que permita saber al personal sus posibilidades de desarrollo profesional. Hay una excesiva complejidad en las promociones internas, que se están convirtiendo casi en una oposición. Al personal le da seguridad saber que puede ir ascendiendo en su puesto de trabajo, tanto en responsabilidades como en retribución. Es fundamental, sobre todo, para no fomentar el estancamiento profesional de los trabajadores, uno que se puede dar ante la falta de ambición frente a la falta de crecimiento profesional.

Otro de los asuntos debe ser la coordinación de departamentos, incluso la eliminación de duplicidades, planteando incluso la reducción del personal en las áreas en las que se den dichas dualidades. Se trata de evitar que servicios y unidades, así como departamentos e institutos universitarios trabajen de forma estanca y se abran más a compartir conocimientos como relaciones.

Al igual que en el profesorado, se debe abordar a corto y medio plazo el rejuvenecimiento de la plantilla. El personal tiene una edad media de 53 años y en los próximos 10 años se puede jubilar un 30-35% de la misma. Hay poca gente joven y si el panorama futuro no mejora, tampoco habrá ilusión.

Como analizamos en el programa anterior, la burocracia viene a ser uno de los problemas de la universidad, una que enfanga de papeleo y complica labores que antaño eran más sencillas. Esa excesiva burocracia a investigadores, como es habitual escuchar, pero los grupos de investigación llevan detrás equipos de gestión y administración que sufren las mismas consecuencias. Se ha ralentizado lo que antes era más ágil.

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