Nacidos el mismo día del siglo en partes opuestas del mundo, el destino y la búsqueda de un sueño acaba por hacer que estos dos hombres se crucen. Ambiciosos, poderosos, implacables, ambos se enzarzan en una incansable lucha por construir un imperio, azuzados por el incombustible odio que sienten el uno hacia el otro. Durante más de sesenta años y tres generaciones, entre guerras, matrimonios, golpes de suerte y desastres, Kane y Aben batallan para conseguir un éxito y un triunfo que solo uno de los dos podrá alcanzar.

El gran maestro de la narrativa de acción y suspense nos transporta al ocaso de una época violenta y brutal y el comienzo de un nuevo tiempo en un monumental y emocionante relato de ambición y rivalidad, nacimiento y muerte, amor y odio.

Ésta es la historia de un hombre, tres mujeres, una revolución y un tesoro. La revolución fue la de México en tiempos de Emiliano Zapata y Francisco Villa. El tesoro fueron quince mil monedas de oro de a veinte pesos de las denominadas maximilianos, robadas en un banco de Ciudad Juárez el 8 de mayo de 1911. El hombre se llamaba Martín Garret Ortiz y era un joven ingeniero de minas español. Todo empezó para él ese mismo día, cuando desde su hotel oyó un primer disparo lejano. Salió a la calle para ver qué ocurría y a partir de ese momento su vida cambió para siempre.

En el desierto del Sáhara, dos agentes de inteligencia siguen la pista a un poderoso grupo terrorista arriesgando sus vidas -y, cuando se enamoran perdidamente, sus carreras- a cada paso.

En China, un alto cargo del gobierno con grandes ambiciones batalla contra los viejos halcones del ala dura del Partido que amenazan con empujar al país a un punto de no retorno.

Y en Estados Unidos, la presidenta se enfrenta a una crisis global y al asedio de sus implacables oponentes políticos. Está dispuesta a todo para evitar una guerra innecesaria.

Afganistán, 2004. La doctora Edith Lombard, de Médicos Sin Fronteras, hace guardia en un hospital de Kabul. Al atender a una joven en quirófano advierte en su cuello algo que atrae su atención: un collar del que cuelga una perla de ámbar. Una perla que Edith reconoce enseguida, pues fue robada en su casa de Quebec dieciocho años antes, en un atraco en el que su madre falleció de un disparo. Una perla de la que su padre, Édouard Lombard, había contado que perteneció a la famosa Cámara de Ámbar de San Petersburgo, desparecida durante la II Guerra Mundial.

Two little girls stand with their heads bowed in my living room. I’m told they’re my granddaughters. Daisy is nine, and Alice seven. Daisy is the spitting image of her mother. This is the first time I’ve met them since my daughter and I fell out after she married that waste of space, Vince. They’ve come to live with me because their mother — my daughter — was murdered. In her own home while they slept close by. I think Vince killed her. But the police can’t prove it. I’ve always known he was no good. He treated my daughter like dirt. I said he’d cheat on her — but she wouldn’t listen.

Lowen Ashleigh is a struggling writer on the brink of financial ruin when she accepts the job offer of a lifetime. Jeremy Crawford, husband of best-selling author Verity Crawford, has hired Lowen to complete the remaining books in a successful series his injured wife is unable to finish. Lowen arrives at the Crawford home, ready to sort through years of Verity's notes and outlines, hoping to find enough material to get her started. What Lowen doesn't expect to uncover in the chaotic office is an unfinished autobiography Verity never intended for anyone to read.

Who is Audrey Hoedemaker? It's a question her sister Maureen has heard more times than she can count, and she doesn't know what the short answer would be. Little sister, troubled teen, backpacker, musical theatre coach, con artist, childcare worker. Murderer. A tragic, traumatic childhood casts a long shadow on the Hoedemaker sisters. Maureen has worked hard to move beyond the violence of the past and build a good, honest life for herself. Audrey, however, just can't seem to do the same, careening from one state of chaos to another.

After the killing of a prominent mob lawyer, NYPD homicide detectives Jacob Jackson and Caitlin Grimes start receive chilling, written “rules” for how to commit the perfect murder. "Rule number one for the perfect murder: Evidence is your enemy. Leave none behind." Jackson (Reid Scott) and Grimes (Cobie Smulders) race to find the killer, setting them on a collision course with the city’s crime underbelly, and a perpetrator who seems happy to toy with them. “Rule number two. No crimes of passion. The perfect murder is always business, never pleasure.”

Kidnappers grabbed Jenna in broad daylight, right in front of her children and their horrified classmates. Her family was issued an insane ransom demand: $25 million in cash and jewels, payable by the end of the school day, otherwise they’ll never see her again. As Jenna’s mother scrambles to gather the money, detectives Mo Butler and George Ortega follow the trail of the kidnappers, which will lead them through a sordid landscape of jealous lovers, broken dreamers, and twisted schemers. But every second counts, and there’s one thing Jenna Wade doesn’t have: very much time.