¿Es mi esposo un sueño hecho realidad?

¿O la pesadilla de la que intentaba escapar antes de perder la memoria?

No conocía el deseo verdadero hasta que lo vi por primera vez. Alto, moreno, hermoso como un dios... y completamente prohibido. Era el hijo sin un centavo de los empleados, nacido en el pantano de Louisiana, y yo era una princesa sureña, cultivada como una flor de invernadero para convertirme en el trofeo en el brazo de algún hombre de buen linaje.

Mi madre me abofeteó cuando nos vio juntos y me advirtió que él me arruinaría. Unas semanas después, mi padre me hizo firmar un contrato prometiendo que no tendría relaciones con nadie hasta que me casara.

Así que traté de olvidarlo. Hasta que un día desperté para descubrir que en realidad lo había hecho.

Hay un vacío de casi una década en mi memoria. Mis padres, siempre tan críticos, han fallecido. Y la mayor sorpresa de todas: ¿ese chico del que mi madre decía que me arruinaría?

Ahora es mi esposo.

Sigue siendo hermoso como un dios... y ahora también es rico como uno. Se transformó de un chico cajún pobre del pantano en un magnate despiadado con suficiente dinero para darme todo lo que mi corazón desee. Una enorme casa junto al lago, el trabajo perfecto y placer sin fin.

Es el esposo soñado. Hasta que, un día, recibo una nota de alguien en quien confío que me dice tres cosas inquietantes.

1. El hermoso dios junto al que duermo cada noche no es mi verdadero esposo.

2. Antes de reinventarse como magnate despiadado, fue el aún más despiadado líder de una infame banda de motociclistas.

3. Estaba escondiéndome de él hasta el día de mi accidente.

¿Será posible? ¿Es mi sueño hecho realidad en realidad la pesadilla de la que intentaba escapar?

¿Qué harías tú si estuvieras en mi lugar? ¿Vivir con la ilusión perfecta? ¿O hacer lo que sea necesario para descubrir la verdad?