No es de extrañar que la verdad sea más extraña que la ficción. La ficción tiene que tener sentido. -Mark Twain

Tras vender su casa de Minnesota, Travis y Wendy planean una elaborada salida de Estados Unidos antes de repatriarse al Reino Unido. Comprar una autocaravana de segunda mano, visitar estados desconocidos y vender la autocaravana tras llegar a Florida parece la salida perfecta. Así que empaquetan sus vidas y a su ciego Shih Tzu en una lujosa autocaravana de nueve metros y se lanzan a la carretera.

Mientras ruedan por el Medio Oeste, rumbo al Profundo Sur, pronto descubren que «RV» no significa «Vehículo Fiable». Los lugares históricos dan paso a los talleres de reparación y la emoción de un viaje único en la vida se convierte rápidamente en aprensión por lo que está a la vuelta de la siguiente esquina. Con las ruedas saliéndose literalmente del vagón, las reparaciones falsas, las temperaturas subiendo dentro de la autocaravana y bajo el capó, durmiendo en chatarrerías y siendo objeto de las burlas de la policía de Mississippi, la otrora feliz pareja sólo quiere que la pesadilla termine para poder volver a Inglaterra. Pero el Departamento de Vehículos a Motor de Minnesota tiene la última palabra sobre cuándo pueden marcharse.

Por supuesto, es una historia real. No se podría inventar.