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En Formación Ninja recibimos a Marta, una opositora para auxiliar administrativo que vino a compartir su experiencia sobre la planificación de estudio para oposiciones. Marta destacó cómo el problema no es tanto el temario, sino la manera en que se enfrenta a su propia planificación de estudio. Muchas veces, cuando no se cumplen los objetivos planteados, se genera frustración y el estudio se paraliza. Es importante ser realista en cuanto a la planificación de estudio, estableciendo metas alcanzables para evitar el bloqueo.

Uno de los aspectos más complejos que compartió Marta es el de encontrar el equilibrio entre la exigencia y la flexibilidad en la planificación de estudio. Es crucial tener en cuenta que, si bien es necesario ser constante y organizado, también hay que permitirse cierta flexibilidad para adaptarse a las circunstancias del día a día. Un error común entre los opositores es querer abarcar todo el temario a la perfección, sin dejar espacio para descansar o reajustar los tiempos.

La técnica de las "capas" que mencionamos en la entrevista es una excelente manera de abordar la planificación de estudio. Consiste en darle varias vueltas al temario, profundizando progresivamente en cada una de las revisiones, en lugar de intentar dominar todo el contenido de una sola vez. Esto permite mantener fresco el conocimiento sin caer en la saturación. Marta comprendió que, aplicando esta técnica, podría evitar el problema de la curva del olvido y ser mucho más eficiente en su planificación de estudio.

Por último, destacamos la importancia de medir la productividad de acuerdo a lo que se puede hacer en el tiempo que se tiene disponible. No es realista ni productivo intentar estudiar seis horas al día si las circunstancias personales no lo permiten. En lugar de eso, es más beneficioso tener una planificación de estudio realista, como dedicar dos horas diarias bien aprovechadas, que con el tiempo se pueden ir ampliando.

El mensaje clave para Marta, y para todos los opositores, es que la planificación de estudio debe ser una herramienta que sume, no que genere presión innecesaria. Se trata de avanzar paso a paso, con metas alcanzables, y ajustar el ritmo a las propias capacidades y situación personal.