El puente que da título a la novela es el símbolo de la esperanza y del cruce entre dos caminos: el agónico que recorre el enfermo de alcoholismo y el que lleva a su curación. Por Elohim, el centro de rehabilitación, transitan unos personajes sencillos: Pedro, su director, del que se rumorea que mantiene una relación con una interna; Luisa; Vicenta, invidente; Consuelo; Ángeles, “la bailarina”; Manolito, aficionado al toreo y afligido de esquizofrenia; Petra, la monja enfermera; el periodista; el escultor; don Fernando; y tantos otros como Tomás, monitor voluntario que cuenta sus experiencias. Todos son seres llamados a afrontar el espíritu de la Navidad, no exento de peligros, con el propósito de encauzar sus vidas y alcanzar la luz. (Ángel F. Sánchez Escobar, Doctor en Inglés, Literatura Española y Teología) https://www.amazon.com/dp/1475234538

Autor: Ángel F. Sánchez-Escobar (1991)

Narradora: Lorena Xibille (México)

Una vez que Miguel, el protagonista de este emocionante relato, consigue levantarse de sus cenizas y alcanzar la sobriedad, no hay nada que pueda hacerle caer de nuevo. La transparencia narrativa de "El don de la serenidad" es la mayor virtud de este pequeño libro que se presenta como un itinerario a través de la vida de un hombre herido por su dependencia del alcohol.

El don de la serenidad de un alcohólico anónimo es fruto de la experiencia Ángel como monitor en un centro de alcohólicos durante la década de los ochenta. En la obra (en la que se transcriben muchas conversaciones tenidas con el protagonista), se nos cuentan los avatares, las penalidades continuas de un alcohólico, Miguel B., un hombre que, con la ayuda de Alcohólicos Anónimos, pudo lograr la sobriedad y con ella la serenidad, el reencuentro con la plena condición humana.

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