Su figura espectral, vestida de blanco y con el rostro desfigurado por el sufrimiento, aparece cerca de ríos, lagos y caminos solitarios, buscando a sus hijos o, según algunas versiones, intentando robar a los niños de los vivos para reemplazar a los que perdió. Su llanto es un presagio de muerte, y se dice que quien la escucha de cerca está condenado a desaparecer o a sufrir una tragedia.

Este relato no solo es una fuente de terror, sino también una ventana a las creencias y tradiciones que han moldeado la cultura latinoamericana. Si alguna vez te encuentras cerca de un río en una noche oscura y escuchas un llanto desgarrador, recuerda: no mires atrás, no respondas y busca la luz.

Y si tienes hijos, asegúrate de que estén siempre bajo tu supervisión, especialmente por la noche. La Llorona es conocida por buscar niños para llevárselos...

"Me Escuchas?" no es solo una historia de terror, sino una reflexión sobre los límites de la humanidad y las consecuencias de jugar con fuerzas que no comprendemos. Es un recordatorio de que, a veces, el infierno no está en otro lugar, sino dentro de nosotros mismos.

Una obra maestra del género, que dejará a los lectores cuestionándose hasta dónde llegarían por liberarse de su propio dolor.

Una Historia Oscura en las Calles de la Ciudad de México

El mito del vampiro, tal como lo conocemos en la cultura occidental, tiene sus raíces en las tradiciones de Europa Central y los Balcanes. Sin embargo, la figura del ser inmortal que se alimenta de la sangre no es exclusiva de la tradición europea. En las culturas prehispánicas de Mesoamérica, también existían relatos sobre entidades que cazaban a los seres humanos para consumir su energía vital. Estas entidades, aunque no exactamente vampiros, tienen algunas similitudes con la figura del chupasangre.

En la mitología mexica, por ejemplo, existían seres como los Tzitzimimeh, unos demonios nocturnos que cazaban a los humanos durante los eclipses. La figura de estos seres no solo comparte con el vampiro la idea de ser criaturas nocturnas, sino también la conexión con el ciclo de la vida y la muerte. La idea de sustraer la vida de un ser humano no era ajena a las culturas mesoamericanas, aunque el concepto de sangre y la inmortalidad solo se desarrolló más plenamente en la tradición vampírica europea.

El mito del vampiro en la Ciudad de México ha sido una forma de reinterpretar tanto las viejas leyendas como las realidades contemporáneas. A través de la literatura, el cine y las leyendas urbanas, los vampiros han encontrado un lugar en el imaginario colectivo de la capital mexicana.