• El Tiburón Toro - 11 Dic 24
    Dec 11 2024

    El tiburón toro es una especie que, al mismo tiempo, fascina a los biólogos marinos y atrae a los piratas del crimen organizado. Es un animal, de verdad, formidable: tiene la mordida más fuerte entre todas las especies de tiburones, mucho mayor a la que necesita para matar fácilmente a sus presas, y por su increíble adaptabilidad al agua dulce es un depredador nato.

    A pesar de esa aparente dureza, el tiburón toro tiene un corazón de oro: un estudio de la revista científica Frontiers destaca que es de los pocos escualos que genera lazos parecidos a los de una amistad y que, cuando un compañero le falta, parece sufrir efectos similares a la depresión.

    Tal vez por eso es que esta historia me ha conmovido, pues en el Golfo de México, en las aguas que comparten Tamaulipas, Texas y Florida, opera una banda de “narcopiratas” que en los últimos meses se ha dedicado a la pesca furtiva del tiburón toro, deshaciendo sus cardúmenes y separando incluso a las madres de sus crías condenándolos a la muerte.

    La existencia de esa red criminal en aguas profundas

    See omnystudio.com/listener for privacy information.

    Show more Show less
    4 mins
  • Fayuca CDMX - 04 Dic 24
    Dec 4 2024

    En la primavera de 2010, los almacenes de Tepito, en el Barrio Bravo de la Ciudad de México, se llenaban con el producto de moda: las tabletas electrónicas. Eran el furor del momento, impulsadas por el lanzamiento en enero del famoso iPad.

    Pero las tabletas que se vendían cerca del Eje 1 Norte no eran las que inventó Steve Jobs. Éstas eran menos potentes y menos ágiles, pero más baratas. Y, evidentemente, no venían de Estados Unidos. Dos íconos en sus empaques revelaban su origen: instrucciones en mandarín, que demostraban una manufactura hecha en China, y el sticker de un caballo sobre dos patas, que exhibían que su importación a México era un negocio de Los Zetas, específicamente de Heriberto Lazcano, el temible Z-3.

    La asociación entre las mafias chinas y Los Zetas quedó asentado en múltiples reportes de agentes de la extinta Procuraduría General de la República, que por aquellos años se infiltraban en Tepito, como parte del esfuerzo del gobierno federal por cambiar las leyes y que, por fin, se persiguiera de oficio la piratería y se castigara hasta con seis años de prisión a quien la vendiera. Una misión que, evidentemente, fracasó tan pronto como nació.

    Ese mismo año, 2010, pero un semestre más tarde, los agentes federales cambiaron todo que creían saber acerca de la piratería en la Ciudad de México. Tras unos meses de infiltración, supieron del nacimiento de un nuevo socio de las mafias chinas en la capital del país: La Unión Tepito, apenas creada en mayo de 2010, tras una reunión entre el viejo aliado de los Beltrán Leyva, Édgar Valdéz Villarreal, “La Barbie” y Francisco Javier Hernández Gómez, alias “Pancho Cayagua”, quienes aglutinarían a todo el crimen del Barrio Bravo bajo un mismo membrete para enfrentar el avance de los cárteles nacionales.

    Eventualmente, La Unión Tepito logró su cometido. Expulsó a Los Zetas de la Ciudad de México, quemó las etiquetas de los caballos relinchando y se quedó con los socios en Asia. Y comenzó su transformación hacia una organización criminal millonaria gracias al apoyo de un grupo conocido en el barrio como “Los Marcopolos”, es decir, empresarios tepiteños que cruzan el mundo tres o cuatro veces al año para traer desde China y hasta México contenedores repletos de mercancía apócrifa y sin pagar impuestos.

    Esa fayuca se convirtió en el modo de asegurar la base social de La Unión Tepito. De pronto, miles de comerciantes tuvieron acceso a un amplísimo catálogo, nunca antes visto, de ropa, calzado, electrónicos, perfumes, maquillaje que venía desde Asia y que el cártel les ofrecía a un precio más bajo. A cambio, había que demostrar lealtad al crimen chilango y pagar puntualmente el derecho de piso que hoy es exigido con plomo.

    Así, La Unión Tepito innovó al usar las mismas rutas marítimas de la cocaína para mover todos sus productos de piratería. En un mismo contenedor pueden introducir al país metanfetaminas en forma de cristal con juguetes para Navidad o un arsenal de AK-47 junto a mascarillas contra las arrugas y protectores solares pirata.

    Y desde hace cuatro años, los agentes federales han reaprendido, de nuevo, cómo es el negocio sucio de la fayuca en Ciudad de México, pues ahora, además de La Unión Tepito, han visto un crecimiento importante de células que se identifican como parte del Cártel Jalisco Nueva Generación, quienes son los nuevos socios de las mafias chingas-chilangas.

    MVS Noticias supo, por una fuente de alto nivel, que el golpe dirigido a la Plaza Izazaga 89, en el corazón del Centro Histórico, forma parte de una serie de operativos para minar la capacidad financiera del cártel de las cuatro letras en la capital mexicana.

    Gracias a operativos anteriores, el del 28 de noviembre, que terminó en la incautación de 262 mil productos, permitirá al gobierno federal solicitar la extinción de dominio del edificio de 16 pisos, es decir, arrebatar esa propiedad a sus dueños y que pase a los bienes del gobierno. De ese modo, el CJNG perdería un escaparate importante para sus negocios.

    Al menos, nueve edificios donde albergaban los negocios del Cártel Jalisco Nueva Generación están en la mira de las autoridades. En seis de esos llegó a operar La Unión Tepito y, antes de ellos, Los Zetas. Y antes de ellos, la Familia Camarillo Salas, creadoras del fugaz Cártel de Tepito.

    Administraciones pasan, y las mafias siguen. Veremos si un día, Izazaga 89 deja de ser recordada como Mexico Mart y se le ubica como la embajada de la piratería china donde el crimen organizado sucumbió, por fin, ante las leyes y protección de la propiedad intelectual.

    See omnystudio.com/listener for privacy information.

    Show more Show less
    4 mins
  • La larga noche de los albañiles
    Nov 26 2024

    En el municipio Arcelia, Guerrero, corre la noticia de un secuestro masivo. Dicen que 24 personas fueron privadas de la libertad, es probable que esos “levantados” aparezcan, vivos o muertos, en el Estado de México. Esta es la historia de 24 inocentes que estaban en el lugar equivocado.

    See omnystudio.com/listener for privacy information.

    Show more Show less
    14 mins
  • EMOJIS - 20 NOV 24
    Nov 20 2024

    Así como en las ciudades y zonas rurales, el crimen organizado se disputa el territorio con cadáveres y “narcomantas”, así también lo hacen en el ciberespacio. Y en ese terreno intangible se usan emojis e íconos que están en el teclado de computadoras y celulares.

    Tres cuentas especializadas en crimen organizado en X, antes Twitter, trabajaron en conjunto para entender cómo los brazos armados en México usan los emojis en redes sociales, como Instagram o TikTok, para crear una representación de identidad, pertenencia y “valores” entre sus integrantes y futuros reclutas. Con el permiso de @All_Source_News, @LatamObscuro y @natsecboogie, reproduzco sus hallazgos.

    Lo primero que hay que entender, me dice @All_Source_News en entrevista, es que cuando los miembros de un grupo criminal suben contenido a las redes sociales y acompañan fotos y videos con un texto, por ejemplo, presentándose como una escisión del Cártel de Sinaloa, ese contenido es removido de inmediato por la plataforma, que lo identifica con inteligencia artificial como propaganda del crimen organizado.

    Esos contenidos suelen ser videos con incursiones armadas a un territorio enemigo, la ocupación de la plaza de un rival, el asesinato de integrantes de brazos armados contrarios, mensajes intimidatorios contra autoridades o civiles o sirven para presumir el armamento con el que cuentan para maximizar los daños. El proselitismo del terror.

    Para evitar que les “bajen” esos videos, los usuarios usan emojis como códigos secretos. Ya no necesitan texto, sino un ícono discreto que dice todo sin decir nada: a qué grupo criminal representan y a qué brazo armado pertenecen sus futuras víctimas.

    El caso más conocido es el de La Chapiza, la tropa de Los Chapitos, hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán. Sus integrantes ya no teclean el membrete criminal, sino que usan el emoji de una rebanada de pizza —La “Cha-pizza”— para esquivar a los bots de las redes sociales.

    Otro grupo cercano a La Chapiza es el que usa como emoji la bandera de Francia en alusión a la capital, París, que suena muy parecido a “Perris”, el apodo de Jorge Humberto Figueroa Benítez, jefe de escoltas de Los Chapitos.

    Los bandos ligados a Ismael “El Mayo” Zambada también tienen sus propios códigos visuales: una cara amarilla sonriente con un sombrero vaquero, o simplemente un sombrero de copa, alude a la gente a las órdenes del fundador del Cártel de Sinaloa, hoy detenido en Estados Unidos, a quien también se le conoce como “El Señor del Sombrero”.

    Un emoji con un arco y una flecha esconde que el contenido violento pertenece al brazo armado “Los Flechas MZ”. Una bandera de Rusia se usa para aludir implícitamente al grupo de pistoleros de Juan José Ponce Félix, alias “El Ruso”. Un limón amarillo es usado por los afiliados al grupo de Alfonso Limón Sánchez, apodado “Poncho Limón”. Y un inocente venado disimula el contenido subido por los sicarios de Germán Villavicencio, aliado del “Mayo”, apodado “El Venadito”. Todos aliados del “Mayo” Zambada.

    En esta investigación, los gallos identifican a los miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación, cuyo jefe máximo, Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, también es apodado “El Señor de los Gallos”. Y en una indagatoria aparte, hecha por el periodista Chris Dalby, el emoji que distingue a los de Jalisco es un demonio con cara morada.

    Un ramo de tulipanes sirve para ligar los videos de matanzas y venganzas con el de gente que sigue al “Jardinero”, el apodo de Audias Flores Silvia, de quien se dice que podría ser el sucesor “Mencho” en caso de detención, abatimiento o muerte natural.

    See omnystudio.com/listener for privacy information.

    Show more Show less
    4 mins
  • Querétaro - 13 Nov 24
    Nov 13 2024
    En otoño de 2009, una joven empresaria de nombre Brenda Rangel, de entonces sólo 30 años, supo antes lo que miles de sus vecinos conocerían después, negados a aceptar su realidad: que el crimen organizado se había anidado en Querétaro, especialmente en la capital, donde el 9 de noviembre ocurrió la masacre de 10 personas en el Bar Cantaritos. Pero eso, ya lo sabemos ahora: que Querétaro no es la ciudad santuaria que presume estar a salvo de la violencia de los cárteles; que las matanzas que vemos en otros estados también ocurren en sus calles y comercios supuestamente blindados. Eso lo sabemos hoy, viendo los videos virales de ese infame ataque armado. Pero hace 15 años, Brenda Rangel lo supo de primera mano y desde entonces he gritado que Querétaro es otra narcoentidad. Gritos que llegaron a los oídos de un país sordo. Brenda Rangel es la primera mujer mexicana nominada para el Nobel Women’s Iniciative de los Derechos Humanos. Una galardonada de Amnistía Internacional por su activismo por la paz. Pero en 2009 era sólo Brenda Rangel, la hermana de Héctor Rangel, con quien compartía el negocio de venta de ropa. Su familia solía viajar a Estados Unidos, comprar ropa de marcas que aún no llegaban a Querétaro y la vendían entre sus conocidos con éxito, tanto que se volvieron uno de los clanes comerciantes más conocidos de la capital. El 10 de noviembre de 2009, Brenda planeaba cobrar una deuda adquirida de un viejo cliente. 90 mil pesos. Algo usual en un negocio informal como el de ellos. Pero a punto de hacerlo, su hijo pequeño se sintió mal y su hermano Héctor tomó su lugar. La deuda se saldaría a cuantos kilómetros, pero el cliente hizo un extraño cambio de planes: pidió que la cita se moviera hasta Monclova, Coahuila, donde supuestamente tenía el dinero. Para compensar el viaje y la molestia, pagaría un extra. Así que el joven vendedor de ropa aceptó y se hizo acompañar de Milton e Irene, su amigo y trabajadora del hogar, para no viajar solo por carretera. Ya en Monclova, Héctor avisó a su familia que más situaciones raras pasaban: no había rastro del cliente deudor y en la carretera había sido detenido, sin razón, por policías municipales. Contaba eso desde un teléfono público porque su batería se había agotado, cuando los uniformados reaparecieron para acosarlo. La llamada terminó con la promesa de Héctor de comunicarse de nuevo una vez que supiera qué querían esos policías, pero no volvió a llamar. Al día siguiente, Brenda y su familia viajaron a Monclova para descifrar ese largo silencio. Buscaron en hospitales, Semefos, separos, hoteles y bares, esperando que la falta de comunicación fuera producto de una larga borrachera. En cambio, se toparon con que en aquellos años, un grupo criminal controlaba a los policías municipales y les obligaban a aplicar una macabra clave secreta llamada 92 Sierra. Una creación de Los Zetas. Esa clave activaba a los policías municipales de Coahuila cuando veían un vehículo foráneo con dos o más hombres a bordo. Entonces, estaban obligados a pararlos y llevarlos con el jefe criminal del municipio, quien decidía si los detenidos eran inocentes o rivales disfrazados de visitantes. Si sospechaba de lo segundo, eran desaparecidos y asesinados. Y Héctor viajaba en un coche con placas de Querétaro y con otro amigo varón. La receta del desastre. Quince días después del 10 de noviembre de 2009, Brenda acudió a cobrar la deuda de otro cliente, creyendo que necesitaría dinero para pagar un rescate que nunca llegó. Cuando llegó con ese conocido, rebasada de ansiedad, se desahogó y narró la tragedia familiar. Ella sólo buscaba alivio, hablar con alguien, un consejo, pero se topó con que ese hombre conocía al otro primer deudor que llevó a Héctor hasta Monclova. Así es como la joven Brenda descubrió que, desde hace tres lustros, una célula de Los Zetas operaba entre Coahuila y Querétaro. Que su negocio eran los secuestros, las desapariciones forzadas y la extorsión. Y que su hermano era una de sus víctimas. A diferencia de Los Zetas en Coahuila, Los Zetas en Querétaro tenían pinta de hombres y mujeres honorables. Apariencia inofensiva, un comportamiento falsamente decente. Aunque la gente de Querétaro intuía sus negocios sucios, los dejaron pasar porque sus buenos coches y sus buenas casas mejoraban la imagen de la ciudad. Así, Los Zetas queretanos se infiltraron en escuelas, iglesias, restaurantes y la vida cotidiana. Querétaro se acostumbró a ellos rezando el mantra de la ceguera: “Acá viven con sus familias, por eso no hay violencia”. Y les abrieron los brazos. Hasta que desapareció Héctor y luego Antonio, Selene, Francisco y Mariana. Hasta que Los Zetas fueron desplazados y su lugar ocupado por el Cártel Jalisco, el Santa Rosa de Lima, los Templarios, los Beltrán Leyva, el de Sinaloa. Entonces, los desaparecidos llegaron a 3 mil 272, los asesinatos repuntaron y ...
    Show more Show less
    4 mins
  • Los aguinaldos de Acapulco - 06 Nov 24
    Nov 6 2024

    Cuando el sol del 4 de noviembre despuntó sobre la comunidad de Tres Palos, en el puerto de Acapulco, los vecinos notaron una columna de humo que se elevaba desde la calle Vicente González. El temor era que se tratara de un incendio originado en la Escuela Secundaria Técnica 93, pero lo que sabrían en las horas siguientes les mostraría un panorama inesperado, pero igual de aterrador.

    En un estado como Guerrero, donde entre 7 y 10 grupos criminales se disputan el estado y otros 13 brazos armados se pelean lo que queda de Acapulco tras el paso devastador de los huracanes Otis y Jhon, hasta las escuelas son susceptibles de ser víctimas del fuego extorsionador del crimen organizado, que cobra cuotas por cada alumno.

    Por la hora, los acapulqueños imaginaron que una jauría de sicarios habrían atacado a la hora de entrada de los estudiantes. O que un improbable cortocircuito hubiera encendido el plantel antes de la primera hora de clases. De inmediato, sonaron los teléfonos en el centro de atención telefónica del número de emergencia 911.

    Los reportes oficiales cuentan que los primeros respondientes fueron los bomberos y personal de Protección Civil. Ellos dieron cuenta que la escuela estaba intacta; el hollín que se elevaba por las copas de los árboles salía de dos vehículos en el interior de un domicilio, cuyos habitantes eran bien conocidos por la comunidad de Tres Palos.

    Cuando el incendio fue controlado, los bomberos entraron al domicilio y encontraron una escena de horror. Sin ser alcanzados por el fuego, sobre un piso de tierra, yacían apilados los cadáveres de tres mujeres —Elia, Adolfina y Adriana— y dos hombres —Rigoberto y Mauro. Dylan agonizaba con un tiro en la espalda y de camino al hospital falleció de un choque hipovolémico. El saldo final fue de seis asesinados, entre ellos un menor de edad. Y dos sobrevivientes: una niña de 11 años y un joven de 20.

    Cuando la Guardia Nacional arribó a la escena del crimen encontró la firma de la maña: más de 25 casquillos con armas calibre 9 y .223 milímetros. Y una explicación: los pistoleros habían incendiado, en un principio, la recámara principal de la casa, pero el techo de plástico se derritió rápidamente y cayó sobre los dos vehículos. Querían también destruir la vivienda. Arrasar con todo.

    Los nombres de las víctimas fueron rápidamente conocidos por las autoridades porque se trataba de una familia querida por muchos en Tres Palos, Acapulco: un clan modesto de empresarios restauranteros en la playa Princess conocidos por la venta de cocos.

    Un comerciante, de esos pocos que resisten el embate del cambio climático y el crimen organizado en el puerto turístico guerrerense, contó a MVS Noticias que recientemente dos escisiones de los Beltrán Leyva se sacudieron el lodo, salieron de los escombros y reaparecieron en la playa Princess, una de las zonas que más rápido se ha recuperado de la devastación y que atiende a los pocos turistas que llegan a la costa gracias a las extraordinarias inversiones de los empresarios más ricos del puerto y que no han huido.

    Ahí, a dueños de negocios de todos tamaños, micro, pequeños y medianos, les anunciaron que se reactivaría el cobro de piso. Que los cárteles y brazos armados también necesitan dinero para pelear sus propias guerras internas y externas. Y que la tregua por el paso de los huracanes había terminado. Empezaría la cobranza con tres opciones: pagar sin chistar, cerrar el negocio o morir entre balas y fuego.

    ¿La familia de la calle Vicente González en Tres Palos se negó a pagar? Las primeras investigaciones apuntan hacia esa hipótesis. Lo cierto es que su matanza anuncia la temporada de pago de derecho de piso hacia el fin de año. Un invierno duro para Acapulco, después de que las expectativas por el Día de Muertos quedaron cortas y la industria turística reportó pérdidas por 300 millones de pesos.

    Un dato ofrecido a este reportero es estremecedor: el crimen organizado en Acapulco ya ha comenzado a exigir para ellos el pago del aguinaldo que corresponde a los trabajadores, quienes seguramente ya han hecho planes sobre qué hacer con ese bono decembrino, su esperanza de sobrevivir al fin de año y las deudas de la cuesta de enero.

    Si los aguinaldos de los acapulqueños no van a los bolsillo del crimen organizado de Guerrero, la amenaza es clara: habrá más matanzas como la de Tres Palos.

    See omnystudio.com/listener for privacy information.

    Show more Show less
    4 mins
  • Todo empezó en una pista de baile - 28 oct 24
    Oct 29 2024

    Todo empezó en una pista de baile: Cinco cabezas rodantes en una cantina en Uruapan-Michoacán, marcaron el inicio de la guerra contra el narco (2005).

    See omnystudio.com/listener for privacy information.

    Show more Show less
    14 mins
  • El secreto del traje azul de Genaro García Luna - 16 Oct 24
    Oct 16 2024
    El lunes 14 de octubre, a dos días de la sentencia que dictará el juez Brian Cogan contra Genaro García Luna, la abogada Valerie Gotlib ingresó a la Corte del Distrito del Este de Nueva York una petición desesperada a nombre de su cliente. Como a los reos a quienes se les concede una última comida antes de ser ejecutados, al arquitecto de la “guerra contra el narco” se le concedió una última petición antes de que se oficialice su muy posible cadena perpetua: aparecer este miércoles por la tarde en el juzgado usando traje y camisa en lugar del típico uniforme de preso. La petición concedida es muy precisa en cuanto a la ropa que usará hoy Genaro García Luna en su probable última aparición pública: un par de pantalones azul navy, un saco azul del mismo tono, una camisa blanca, una playera interior blanca, zapatos negros, calcetines, un cinturón de piel y una corbata del color de su elección. A simple vista se trata de un atuendo genérico. Acaso, una imagen formal para proyectar su versión de un hombre honorable acusado injustamente de colaborar con el crimen organizado, mientras cobraba como encargado de la seguridad nacional. Pero detrás de esa ropa, y especialmente el color de tela, hay una historia que desnuda a Genaro García Luna. Vayamos atrás. A 1994. Un joven García Luna, graduado de Ingeniería Mecánica, una carrera ajena a temas policiacos, es el espía estrella del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen). Sus habilidades callejeras adquiridas en el barrio de la Romero Rubio, en la Ciudad de México, y su destreza inteligencia y contrainteligencia criminal lo hacen parte de la delegación que viaja a Chiapas para combatir al EZLN. A pesar de trabajar en la selva, el novel espía muestra una obsesión por el arreglo personal. Especialmente, viste conjuntos baratos de la tienda Trajes Robert’s que tenía una sucursal en el Cisen, recuerda el periodista Francisco Cruz en su libro El Señor de la Muerte. Desde entonces, su color preferido es el azul navy. No es casualidad. Entre sus pertenencias, el joven espía guarda la fotografía de otro hombre aficionado a los trajes azul navy. Otro que estudió una carrera ajena a la policía. Que usó sus conocimientos como espía para perseguir a disidente. El joven García Luna lo admira y quiere ser él, tanto que le copia el modo de vestir, ya que no puede imitar sus finos modales: su ejemplo a seguir es John Edgar Hoover, el polémico y oscuro primer director del FBI. John Edgar Hoover fue director del FBI para ocho presidentes; García Luna quería lo mismo y Vicente Fox y Felipe Calderón eran su inicio. Hoover logró permanecer en lo alto del poder gracias a una colección de expedientes secretos sobre sus opositores; García Luna hizo lo mismo con los adversarios de sus jefes, incluido el expresidente López Obrador. Hoover persiguió a los comunistas; García Luna espió a los movimientos de izquierda que se oponían a la agenda conservadora de Acción Nacional. Pero son dos las coincidencias más asombrosas: Hoover, director del FBI entre 1924 y 1972, aconsejó al presidente Dwight D. Eisenhower para que intensificara la guerra contra Vietnam; y García Luna le vendió al presidente Felipe Calderón la idea de declarar la guerra contra el narco. A Hoover le rodeó siempre el rumor de que apoyó a la mafia italoamericana, mientras que de García Luna se sospechaban, hoy confirmados, sus tratos con el crimen organizado. A pesar de las coincidencias deseadas por García Luna para ser un clon del político estadounidense, los finales de ambos son distintos: Hoover dejó el poder hasta que murió a los 77 años. Sólo así dejó de ser director del FBI. Una especie de Sumo Pontífice de la Iglesia de la Inteligencia Criminal. Se le despidió con honores en la Casa Blanca y hoy la sede del FBI lleva su nombre, aunque en 2001 un senador demócrata pidió que su nombre se eliminar de la construcción por ser una mancha para el edificio y la institución. La iniciativa no prosperó y la honra de Hoover sigue intacta, pese a las negras leyendas que lo ubican como un criminal de cuello blanco. Un final muy distinto tendrá su fan mexicano. García Luna fue expulsado del poder muy joven, a los 51 años, cuando fue arrestado en Texas en 2019. Si el juez Brian Cogan así lo decide esta misma tarde, morirá en prisión como el rey breve de un imperio fugaz. No se le despedirá con honores ni habrá edificio público con su nombre. Se hará silencio en la Corte del Distrito del Este de Nueva York y el espía que soñó con el poder total regresará a una celda despojado de su traje azul navy, su amuleto secreto con el que esperaba seguir los pasos de su ídolo y aferrarse a la inútil esperanza de, un día, volver a ser hombre libre.See omnystudio.com/listener for privacy information.
    Show more Show less
    4 mins