• Transformación

  • Oct 18 2024
  • Length: 1 hr
  • Podcast

  • Summary

  • Transformación En griego, METAMORFOSIS: 2 Corintios 3:18: Mas, nosotros todos, a cara descubierta mirando y reflejando como un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Señor Espíritu. Romanos 12:2: No os amoldéis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestra mente, para que comprobéis cuál sea la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable y lo perfecto. En el griego original del Nuevo Testamento, la palabra usada para la transformación es metamorfosis. Según el Diccionario de la RAE, la definición para metamorfosis es “un cambio que experimentan muchos animales durante su desarrollo y que se manifiesta no solo en la variación de forma, sino también en las funciones y en el género de vida”. Aunque un cambio en apariencia o forma toma lugar, el cambio proviene de la vida del organismo. Una oruga nace de la vida que le causa que llegue a ser una mariposa. No se pone un disfraz de mariposa para actuar como una mariposa. Mientras se alimente, su metabolismo ingiere los nutrientes que consume, los asimila en la oruga y la lleva a crecer para que finalmente la oruga cambie y se convierta en una verdadera mariposa. Una oruga que se convierte en una mariposa es un cuadro excelente de lo que la Biblia habla acerca de la transformación de los creyentes a la imagen de Cristo. Algunas orugas comen solamente un tipo de hoja durante toda su vida. Asimismo, como creyentes, también fuimos hechos para comer un solo tipo de comida espiritual durante toda nuestra vida: Cristo. Cuando le comemos y bebemos, somos suministrados por Su vida para nuestra vida cristiana y crecemos con esa vida. Mientras crecemos, estamos en el proceso mencionado en 2 Corintios 3:18, siendo transformados de un grado de gloria a otro, poco a poco, a la imagen de Cristo. Al tomar a Cristo como nuestro alimento, más de Su elemento se añade a nosotros y más lo asimilamos. Experimentamos una transformación que no es meramente un cambio externo, sino uno que procede de nuestra nutrición espiritual y de la vida de Dios que opera en nosotros. Adaptar nuestro comportamiento imitando a Cristo es como si aplicaramos el maquillaje externo. Nuestra condición interna permanece igual, pero intentamos cubrirla por medio de hacer el bien o al intentar mejorar nuestra conducta. Como resultado, lo que las personas ven no es realmente a Cristo mismo quien se refleja exteriormente en nosotros y se expresa en nuestras vidas, sino a personas malnutridas espiritualmente esforzándose por imitar la vida de Cristo de la mejor manera posible. La transformación genuina es diferente. Un cambio interno toma lugar en nuestro ser a medida que tomamos a Cristo como nuestro alimento y bebida espiritual. Mientras comemos, la vida divina en nosotros puede operar y nuestra “apariencia” mejora gradualmente hasta que espontáneamente comenzamos a expresar a Cristo más en nuestra vida diaria. La palabra griega que significa transformación es raíz de la palabra española “metamorfosis”. El significado literal de la palabra griega es “un cambio de forma”. En el proceso metabólico, algún elemento nuevo es introducido para reemplazar el elemento viejo y echarlo fuera. El cambio metabólico que resulta es la transformación. El elemento nuevo entra, el elemento viejo es reemplazado y echado fuera, y el elemento nuevo llega a prevalecer. Una de las mejores ilustraciones de esto es el proceso de la petrificación. Una corriente de agua introduce minerales como el elemento nuevo en la madera y los deposita allí; esta corriente también se lleva el elemento viejo de la madera hasta que la misma estructura celular de la madera es completamente reemplazada con piedra. Este pedazo de madera llega a ser un pedazo de piedra preciosa; esto es la transformación. La palabra griega que se traduce “transformado” se usa en Romanos 12:2 donde se nos dice que necesitamos ser transformados por medio de la renovación de la mente. También se usa en 2 Corintios 3:18, el cual nos dice que al contemplar y reflejar la gloria del Señor estamos siendo transformados en la misma imagen. Filipenses 3:21 también nos dice que el Señor Jesús transformará nuestro cuerpo. Romanos 12:2 y 2 Corintios 3:18 se refieren a la transformación de nuestra alma, es decir, de nuestro ser interior, y Filipenses 3:21, se refiere a la transformación de nuestro cuerpo, es decir, nuestro ser exterior. La palabra transformación lleva el pensamiento de que el elemento divino está siendo introducido en nuestro ser por la corriente del Espíritu para reemplazar nuestro elemento viejo y echarlo fuera, y para hacer que el elemento divino prevalezca en nuestra vida y en nuestro vivir. La transformación toma lugar primero en nuestra alma y finalmente en nuestro cuerpo cuando El regrese. De esta manera Dios se forja en nuestro ser. El se forja en nosotros, no sólo por el nacimiento sino también por medio ...
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