Cuando Macbeth y Banquo cruzan un páramo de vuelta a casa tras su victoria frente a los ejércitos enemigos de Escocia y de su rey Duncan, se encuentran con tres brujas que profetizan que Macbeth será nombrado Barón de Cawdor y después rey de Escocia.También profetizan que Banquo empezará una dinastía de reyes escoceses. Tras desaparecer las brujas, llegan dos mensajeros del rey que les informan que el rey ha nombrado a Macbeth Barón de Cawdor.

Dinero, amistad, matrimonio, raza, justicia, venganza, perdón amor...aparecen y se entrelazan constantemente en el mercader de VeneciaSe utiliza el dinero para diferenciar las clases sociales, los tipos de persona y en especial las aspiraciones de los personajes, tan dependientes de la frivolidad de la fortuna.El sentimiento de amistad de Basanio es más que evidente cuando dice: "A ti Antonio te lo debo todo en el dinero y en el amor".

Las circunstancias pero especialmente la ambición, la envidia y el asesinato van hacer que Hamlet y Ofelia, la pareja de enamorados que con sus respectivas familias tenían derecho a ser felices, no lo puedan ser, gestándose el desenlace más dramático imaginable. Hamlet simplemente no puede creerse que su madre, tan sólo dos meses después de la muerte de su padre, se case con su tío Claudio.

El rey Hamlet ha muerto envenenado. En su lugar, asume su hermano, Claudio, y al poco tiempo se casa con la reina Gertrudis. Pero el príncipe Hamlet sospecha, y la aparición del fantasma de su padre le da la razón. En plan de vengarse, finge locura. ¿Pero hasta qué punto esa locura es fingida? ¿Cuánto de simulacro y cuánto de enfermedad hay en su representación? Obra maestra e indiscutida de la literatura universal, el drama creado por William Shakespeare en 1601 alcanza uno de los puntos más altos de las letras de todos los tiempos.

José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán se aman, pero son primos hermanos, y sobre ellos cae el presagio de que sus hijos podrían nacer con colas de cerdo. La maldición los atormenta día y noche sin descanso. Cuando se les aparece el fantasma de un hombre a quien José Arcadio Buendía asesinó, él y su mujer deciden huir de su propio destino. Se van a la selva y fundan el pueblo de Macondo, el mítico escenario donde se desarrollan las aventuras de esta saga familiar a lo largo de siete generaciones.

Timothy and Jonah, wealthy entrepreneurs with a spoiled son, hide sins from their past—one involving a death on a cruise, the other a crime in Bali. Nathan and Samantha, the hot ex-nanny turned trophy wife, grapple with infertility and a shocking paternity secret. Bartosz and Angelika (he’s a chef, she’s a former sex worker) carry debts to the other couples they don’t even realize they owe. Over fourteen days, the couples bond—but their pasts are too deeply intertwined to stay hidden. The sly concierge, Putu, knows more than he lets on.

Annie has always had high hopes for her future. But the reality of her life just isn’t measuring up. She loves her fiancé, Greg–doesn’t she? She’s going to get her degree and open her own business–won’t she? Then, a strange old woman shows up outside her house, and she seems to know a lot about Annie. An awful lot. Annie could tell the old woman to get lost. Yet there’s something about her Annie just can’t shake. And what she learns could change her life forever–but is it the life she envisioned?

It’s 1984, and life has changed beyond recognition. Airstrip One, formerly known as Great Britain, is a place where Big Brother is always watching, and nobody can hide. Except, perhaps, for Winston Smith. Whilst working at the Ministry of Truth, rewriting history, he secretly dreams of freedom. And in a world where love and sex are forbidden, where it’s hard to distinguish between friend and foe, he meets Julia and O’Brien and vows to rebel.

The 13 chapters of The Art of War, each devoted to one aspect of warfare, were compiled by the high-ranking Chinese military general, strategist, and philosopher Sun-Tzu. In spite of its battlefield specificity, The Art of War has found new life in the modern age, with leaders in fields as wide and far-reaching as world politics, human psychology, and corporate strategy finding valuable insight in its timeworn words.

Lucas knows the perfect night entails just three things: video games, wine, and pad thai. Peanuts are a must! Other people? Not so much. Why complicate things when he’s happy alone? Then one day the apartment board, a vexing trio of authority, rings his doorbell. And Lucas’s solitude takes a startling hike. They demand to see his frying pan. Someone left one next to the recycling room overnight, and instead of removing the errant object, as Lucas suggests, they insist on finding the guilty party. But their plan backfires. Colossally.