Conocido refrán, dice: “La práctica hace al maestro”; ¿esto será cierto al momento de hablar en público? ¿puede la práctica llevarnos a esa maestría?

¡Bienvenidos a Comunicar para Conectar! soy Omar Romero Contreras, consultor en comunicación política y public speaking trainer, en este podcast hablo del arte y ciencia de hablar en público, aqui encontrarás información, recomendaciones y ejercicios para ayudarte a mejorar la habilidad de hablar en público.

El psicólogo Anders Ericsson realizó un estudio en la escuela de música de Berlín, en este estudio dividió a los alumnos en tres grandes grupos el primer grupo estaba conformado por las superestrellas que eran los jóvenes con posibilidades reales de consolidarse cómo artistas de talla internacional dentro del ámbito de la música clásica el segundo grupo era el clasificado como buenos y eran los jóvenes qué se encontraban dentro del promedio de la disciplina y el último grupo era el de los considerados como profesores que eran los chicos que a lo más que podían aspirar era a impartir clases de música en alguna escuela.

Ericsson planeaba saber cuál era el secreto qué hacía que los chicos fueron catalogados en uno de estos tres grupos y al realizar la investigación a todos los chicos se les hizo una pregunta y esta fue; en el curso de toda su carrera desde que tomó por primera vez un violín ¿cuántas horas ha dedicado a practicar?

En la respuesta que dieron se empezaron a plasmar ciertas diferencias entre cada grupo.

Por ejemplo, la mayoría de los chicos de la escuela de música de Berlín habían iniciado la práctica de ese instrumento aproximadamente a los 5 años, y le dedicaban de dos a tres horas a la semana, la mayoría de los jóvenes de los tres grupos coincidió con esta respuesta, sin embargo, la diferencia se empezó a marcar a partir de los 8 años.

A la edad de los 8 años los chicos clasificados en la categoría de superestrellas empezaron a practicar de 6 a 8 horas a la semana a diferencia de los chicos considerados como buenos que solo practicaban de 4 a 6 horas a la semana o del grupo de los maestros, cuya practica iba de 3 a 4 horas a la semana.