• Todo cuanto amé, de Siri Hustvedt ( FRAGMENTO), Narración Sr Cosas
    Nov 22 2024

    El aprecio por un cuadro de Bill Wechsler lleva al historiador de arte Leo Hertzberg a querer conocer a su autor. Una profunda amistad, basada por igual en afinidades y contrastes, los unirá desde entonces, e incluirá asimismo a sus familiares. A lo largo de los años tres mujeres orbitan en su universo: Érica, la hermosa profesora casada con Leo, y las dos esposas del pintor. Pero cuando una muerte trágica sacude inesperadamente el mundo de estos personajes, entre ellos surge un nuevo orden, bajo el que late un oscuro engaño que acabará por erigirse en una amenaza de imprevisibles consecuencias.

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  • Oficio de tinieblas, de Alejo Carpentier, Narración Sr Cosas
    Nov 20 2024

    Cuentos y otras narraciones : La presente edición recoge textos de diferentes épocas y variadas procedencias que nunca, hasta hoy, habían sido reunidos en un solo volumen. Además de Los fugitivos, Oficio de tinieblas y Guerra del tiempo, se incluyen narraciones que pertenecen a los inicios literarios de Alejo Carpentier. Otros tres cuentos, El cruzado, La mano velluda y El milagro, ven la luz por primera vez y son transcendentales para tener una idea más concreta de los primeros pasos literarios del escritor. Además de estas novedades, se incluye la traducción que Rafael Rodríguez Beltrán realizó de otro cuento aparecido en una maleta perdida y que durante un tiempo se pensó que era simplemente otra versión de Historia de lunas.

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  • Cuento erótico: El silfo, de Claude Prosper Jolyot de Crébillon
    Nov 11 2024

    El silfo o Sueño de Mme. de R*** escrito por ella misma a Mme. de S*** (Le Sylphe, ou songe de Mme. de R*** écrit par elle-même à Mme. de S***, 1730) Su padre, el dramaturgo Prosper Jolyot de Crébillon (1674-1762), inició a ClaudeProsper Jolyot de Crébillon, conocido como Crébillon hijo (1707-1777), en el gusto por el teatro, que ya había probado cuando estudiaba con los jesuitas en el colegio Louis-le-Grand, donde se educaban los hijos de la aristocracia o de cargos relacionados con la casa real (Molière, Voltaire, el marqués de Sade Parodió entonces éxitos de Jean-Philippe Rameau y tragedias de Voltaire. En este momento publica, sin nombre de autor, su primera obra, Le Sylphe (El silfo, 1730). La facilidad de su carácter y su ingenio le abrieron las puertas de los salones más encopetados, sin los que no se puede escribir la historia cultural del siglo XVIII francés: los del conde de Caylus, de Mlle. Quinault, de Mme. de Boufflers, de M. de Lambert, de Mme. de Tencin, de Mme. Geoffrin –donde tuvo por contertulios a d’Alembert, Caylus, Fontenelle, Montesquieu, Marmontel, Horace Walpole, Laurence Sterne…–. La publicación de Les Égarements du cœur et de l’esprit (Los extravíos del corazón y del espíritu, 1736) fue uno de los éxitos más sonoros de la época, con su trama del adolescente tímido seducido por una mujer de más edad que le inicia en el mundo del sexo. La educación sentimental y galante de la novela, cuya cuarta parte no llegó a escribir, contendría algún elemento autobiográfico, en los que Crébillon es muy parco; tampoco se parecía a su padre, que «adoraba el sexo femenino y no lo estimaba» y en quien «la pasión que sentía por las mujeres sólo era compensada por la que tenía por los animales domésticos». Le Sopha (El sofá, 1742) alcanzó mayor celebridad aún por la crítica despiadada de la hipocresía de las relaciones sociales; en su protagonista, una falsa devota, creyeron reconocerse varias damas, igual que se vieron retratados en los personajes masculinos aristócratas como los duques de Richelieu y Nivernais, que consiguieron una orden de destierro a treinta leguas de París para su autor. A los tres meses estaba de vuelta en París, con dificultades económicas que su padre, pese al cariño incontestable entre ambos, apenas sufragó. Un matrimonio singular con Marie Henriette de Stafford, que según la leyenda se habría enamorado del escritor desde el otro lado del canal de la Mancha, no le sacó de apuros; la boda con la hija del secretario y gran chambelán de la reina de Inglaterra, exiliada en Saint-Germain con Jacobo II, el último Estuardo, sorprendió Página 66 a todos: la dote fue escasa, pese a la fortuna familiar de esta mujer descrita por todos los contemporáneos como devota, bizca y de fealdad extraordinaria. Sigue una etapa de escritura mediocre para ganarse la vida, en la que sólo destaca La Nuit et le Moment ou les Matinés de Cythère (leída en 1745 y publicada diez años más tarde), su mejor obra, una novela dialogada que a finales del siglo XIX yprincipios del XX era recuperada para el teatro por compañías jóvenes. A la muerte de su padre, Crébillon hereda las magras pensiones que su progenitor recibía como censor real y censor de la policía de libros; él mismo será nombrado censor de la policía un año antes de su muerte, olvidado ya del público; el 12 de abril de 1777, a la puerta de su casa se congregó un numeroso grupo, no de admiradores, sino de acreedores. Hombre de existencia discreta, una vez pasada la Regencia y los primeros años del reinado de Luis XV, comprendió que los tiempos habían cambiado –a peor–; a mediados de siglo habían desaparecido los salones, donde su ingenio y su conducta galante habían brillado; socialmente castigado, más por el vacío que la aristocracia satirizada hace a su alrededor que por el destierro sufrido, Crébillon hijo quizá sea el espíritu libertino más delicado literariamente de la centuria.

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  • El llamado, de Héctor Tizón, Narración Sr Cosas
    Nov 1 2024

    Héctor Tizón

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  • Sin reclamo, de Cecilia Eudave, Narración Sr Cosas
    Oct 31 2024

    Narradora, ensayista y profesora de literatura en la Universidad de Guadalajara (México). Doctora en Lenguas Romances por la Université Paul Valéry III, Francia, y profesora investigadora titular de la Universidad de Guadalajara. Autora de numerosos libros, entre ellos novelas como La criatura del espejo (2007), El enigma de la esfera (2008), Pesadillas al mediodía (2009) o Aislados (2015); recopilaciones de cuentos como Técnicamente humanos (1996) Invenciones enfermas (1997), Registro de imposibles (2000) o En primera persona (2014); y antologías de ficciones breves o microrrelatos como Países inexistentes (2004), Sirenas de mercurio (2007), Para viajeros improbables (2011) o Microcolapsos (2017). También es autora de libros infantiles y de ensayos como Sobre lo fantástico mexicano (2009). Ha recibido reconocimientos por su obra entre los que destacan el Premio de novela Juan García Ponce con Bestiaria vida (2008) y menciones honoríficas en el Annual International Book Awards por Sobre lo fantástico mexicano y Técnicamente humanos y otras historias extraviadas. La deshumanización de la vida moderna, especialmente en espacios homogeneizados (o no lugares) como hoteles, aeropuertos y centros comerciales, sirve de trasfondo a «Sin reclamo», el cuento de Eudave que podríamos clasificar dentro de lo fantástico posmoderno. Aparecido en En primera persona (2014), narra en voz de un protagonista poco empático la historia de una parálisis a la que no dejan de añadirse características inquietantes, hasta el punto de significar mucho más que un trastorno pasajero.

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  • Yo, cocodrilo , de Jacinta Escudero, Narración Sr Cosas
    Oct 29 2024

    Narradora y poeta salvadoreña. Nació en San Salvador el 1 de septiembre de 1961. Bachillerada en el Colegio La Sagrada Familia, vivió en Alemania entre 1980 y 1981, trasladándose a finales de ese año a Nicaragua, donde estudió francés y computación en la Universidad Centroamericana; asimismo, realizó talleres de narrativa con los escritores Lizandro Chávez Alfaro y Sergio Ramírez. Trabajó luego como traductora y periodista, como administradora de proyectos de salud y gestora de materiales audiovisuales. También intervino en una coproducción salvadoreña-nicaragüense, La virtud de un santo, basada en un cuento de Salarrué. En mayo de 2001 regresó a San Salvador. En 2002 obtuvo en Guatemala el Premio Centroamericano de Novela “Mario Monteforte Toledo”. Jacinta Escudos se ha proyectado como la escritora joven más activa de su país. Sus poemas, cuentos, artículos y reseñas bibliográficas se han difundido en periódicos y revistas de Centroamérica, Estados Unidos y Europa.

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  • No se culpe a nadie, de Julio Cortázar , Narración Sr Cosas
    Oct 21 2024

    Julio Cortázar

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  • Al dios desconocido, de Alberto Moravia
    Oct 20 2024

    ¿Le interesan los escritores sudamericanos? ALBERTO MORAVIA: En estos últimos tiempos me he interesado en Jorge Luis Borges. S.: ¿Qué diferencias sustanciales existen entre lo que escribe usted y el mundo borgiano? A. M.: Yo siempre me he movido en el horizonte del existencialismo y de la fenomenología; me interesa todo lo que tiene que ver con la intimidad del hombre. Borges está casi centrado en la épica; Borges es menos ecléctico. S.: ¿Eso implica mayor coraje? A. M.: Sí, creo que en algún sentido sí. Sin embargo cuando los años pasan uno aprende que la verdad nunca está de un solo lado. Borges inventa episodios que dan con el personaje, acepta la verdad que le parece mejor para el texto. Yo, en cambio, debo poner en funcionamiento diversas poleas antes de enfrentar todos los problemas del estilo, del relato y de las criaturas que lo poblarán. Otra diferencia es que a Borges le encantan las entrevistas. S.: ¿Qué opina del suicidio? A. M.: Me parece un acto narcisista extremo y, además, antisocial. S.: ¿Y del suicidio en la literatura, el caso de Emma Bovary, de Anna Karenina? A. M.: En arte el suicidio es contraproducente. En los casos de Madame Bovary y la Karenina está sustentando por una gran vitalidad. S.: Recuerdo algo que Borges dice sobre los escritores, que cada escritor crea sus precursores, ¿Cuáles fueron los suyos? A. M.: En los años juveniles me apasionaba Dostoievski, ese gusto amargo por la destrucción y la rebeldía. También leía Pirandello y Manzoni. Frecuenté la lectura de Italo Svevo, por su toma de distancia tan particular cuando cuenta, por su elegancia, por su gracia a veces feroz... Pero mis preferencias iban siempre hacia el surrealismo francés. Leía vorazmente Max Jacob, Cocteau y, sobre todo, Raymond Radiguet. Pero con el pasar del tiempo advierto que los poetas con los que me encuentro más a gusto son Baudelaire, Rimbaud y Lautréamont. Entre los poetas del 900 prefiero a Apollinaire. S.: ¿Usted se considera un escritor freudiano? A. M.: Le diré que cuando he querido describir una Italia popular y pobre he usado la relación madre-hija ("La Romana", "La Campesina", "La Provinciana"), sin recurrir demasiado a las claves psicoanalíticas. En cambio, las veces que he querido presentar el ambiente burgués corrupto y en crisis he echado mano de la relación madre-hijo, con búsquedas constantes de la muleta psicoanalítica ("Los Indiferentes", "Agostino", "La Desobediencia" "El Aburrimiento") y le diré más aun: cuando he tratado de analizar la relación de la pareja he recurrido siempre a la figura de los intelectuales ("El amor conyugal", "El desprecio") como la más capaz de reflejar una comunión difícil y un aspecto de su crisis. S.: Moravia, ¿usted conoce la indiferencia? A. M.: Sí, ha sido mi gran tentación y precisamente porque fui tentado me propuse un salto cualitativo en dirección opuesta. S.: ¿Y el amor? A. M.: El amor de placer solamente en raros momentos: en la pausa de la fatiga que deforma, del cansancio que embrutece, del agotamiento que deprime.

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