• 2 CORINTIOS 11. DIFICULTADES EN EL SERVICIO A DIOS
    Nov 22 2024

    DIFICULTADES EN EL SERVICIO A DIOS
    2 Corintios 11:23 … me han encarcelado más seguido, fui azotado innumerables veces y enfrenté la muerte en repetidas ocasiones. 24 En cinco ocasiones distintas, los líderes judíos me dieron treinta y nueve latigazos. 25 Tres veces me azotaron con varas. Una vez fui apedreado. Tres veces sufrí naufragios. Una vez pasé toda una noche y el día siguiente a la deriva en el mar. 27 He trabajado con esfuerzo y por largas horas y soporté muchas noches sin dormir. He tenido hambre y sed, y a menudo me he quedado sin nada que comer. He temblado de frío, sin tener ropa suficiente para mantenerme abrigado. 28 Y, además de todo eso, a diario llevo la carga de mi preocupación por todas las iglesias. NTV.
    La vida de un verdadero siervo de Dios, no es fácil, ya que posiblemente a lo largo de su vida ministerial, tendrá que afrontar un sinfín de dificultades y penalidades al momento de cumplir con su llamado ministerial. Un vivo ejemplo de los avatares a los que posiblemente tendrán que enfrentar los siervos de Dios en sus vidas, es la vida del apóstol Pablo. El apóstol desde el momento que empezó a servir a su Señor y Salvador, tuvo que enfrentarse a varios obstáculos, muchos de ellos fueron realmente difíciles y complicados de sobrellevar, pero pese a ello, no se rindió, sino que siguió adelante con firmeza, venciendo o sobrellevando todas las adversidades que le sobrevenían, y así prosiguió adelante cumpliendo con la encomienda de compartir el evangelio de la cruz a todos los pueblos y naciones del mundo.
    Posiblemente ningún siervo de Dios de la actualidad, pase por las mismas penalidades que el apóstol Pablo al momento de cumplir con su labor ministerial, ya que, en los tiempos presentes, en la mayoría de países del mundo, no hay tanta persecución a los que comparten el evangelio de la cruz como lo era en el pasado, ahora hay más libertad para predicar abiertamente el evangelio del reino de los cielos a los hombres. Si los tiempos presentes fuesen similares a los tiempos del apóstol Pablo, en el cual los seguidores de Cristo eran mal vistos, y perseguidos por compartir el evangelio, no todos los que ahora están al frente de las congregaciones o en las calles predicando el evangelio lo harían, sino que muchos de ellos desistirán en seguir adelante con la obra del Señor por resguardar sus vidas. Porque los predicadores y maestros de la Biblia de hoy, no están dispuestos a afrontar penalidades similares a las que tuvo que afrontar el apóstol Pablo y muchos discípulos de Cristo.
    Pablo a lo largo de su ministerio, fue constantemente encarcelado, azotado en innumerables veces, y enfrento a la muerte en repetidas ocasiones. En cinco ocasiones distintas recibió treinta y nueve latigazos por parte de los líderes judíos. Tres veces fue azotado con varas. Una vez fue lapidado. Tres veces sufrió naufragios en aguas profundas. Una vez paso toda una noche y el día siguiente a la deriva en el mar. De la misma manera paso varios días sin dormir por trabajar arduamente, también paso hambre, sed y frio. Y como si eso no fuese poco, tuvo que llevar la carga y preocupaciones por todas las iglesias que había levantado. Pese a todas estas penalidades, el apóstol Pablo no desfalleció, sino que siguió adelante para cumplir fielmente con la encomienda recibida de su Señor y Salvador Jesucristo.
    Queridos hermanos. Las penalidades por las que atravesó el apóstol Pablo en su vida ministerial, no todos los siervos de Dios están dispuestos a soportala y a sobrellevarla, sino solo los verdaderos siervos de Dios. Esto es evidente, ya que muchos que se dicen ser siervos de Dios cuando se les sobrevienen penalidades, fácilmente desisten en seguir adelante con el ministerio que el Señor les encomendó, de esta manera demuestran que su fidelidad a Dios solo es cuando sobreabundan bendiciones en sus vidas. Hermanos.

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  • 2 Corintios 10. SERVICIO A DIOS
    Nov 15 2024

    SERVICIO A DIOS
    2 Corintios 10:13 Nosotros no nos jactaremos de cosas hechas fuera de nuestro campo de autoridad. Nos jactaremos sólo de lo que haya sucedido dentro de los límites del trabajo que Dios nos ha dado, los cuales incluyen nuestro trabajo con ustedes. 15 Tampoco nos jactamos ni nos atribuimos el mérito por el trabajo que otro haya hecho. En cambio, esperamos que la fe de ustedes crezca, a fin de que se extiendan los límites de nuestro trabajo entre ustedes. 16 Entonces podremos ir a predicar la Buena Noticia en otros lugares más allá de ustedes, donde ningún otro esté trabajando. Así nadie pensará que nos jactamos de trabajar en el territorio de otro. 18 Cuando la gente se alaba a sí misma, ese elogio no sirve de mucho. Lo importante es que los elogios provengan del Señor. NTV.
    Dentro del servicio en el cuerpo de Cristo, es común ver a algunos líderes cristianos llenarse de vana gloria, cuando los ministerios que llevan adelante logran tener un gran impacto en la vida de los creyentes y no creyentes. Incluso algunos líderes cristianos, cuando sus pupilos levantan nuevos ministerios, se glorían de esos logros, como si fueran ellos quienes han levantado esos nuevos ministerios. Con este deseo de vana gloria y reconocimiento personal, comparten sus logros ministeriales a todo el mundo, esperando ser alabados y enaltecidos por ellos. Pero un verdadero siervo de Dios, no actúa de esta manera, ni se jacta cuando el ministerio que lleva adelante tiene éxito, o cuando alguno de sus pupilos, levanta un nuevo ministerio para servir a Dios y a los hombres, en su lugar, da honra y gloria a Dios por el privilegio de servirle con los dones y talentos recibidos del Espíritu Santo. Justamente este fue el proceder del apóstol Pablo a lo largo de su vida ministerial.
    Desde el momento que tuvo su encuentro con el Señor y su capacitación para la labor ministerial, Pablo sirvió fervientemente a su Señor y Salvador Cristo Jesús. Levantó nuevas congregaciones en diferentes regiones y ciudades del mundo antiguo. Igualmente, el apóstol preparó a muchos siervos para que siguieran adelante proclamando el mensaje de la salvación y la vida eterna en lugares 1donde el mensaje de la cruz no había llegado. Cuando alguno de sus pupilos levantaba nuevas congregaciones, se alegraba en gran manera, pero no se gloriaba de la labor de ellos, debido que esa gloria no le pertenecía, sino solo a los que habían trabajado arduamente para plantar el mensaje de la cruz en el corazón de los habitantes de esas ciudades y aldeas.
    Pablo para nada buscaba la gloria y el reconocimiento de los hombres, ni mucho menos gloriarse de la labor de otros siervos de Dios. Con esa convicción en su corazón, el apóstol desarrollaba su ministerio en lugares donde ningún otro siervo de Dios había llegado con el evangelio de la cruz, y así no tener ninguna clase de inconvenientes, ni disputas por el trabajo evangelístico. Pese a que se sirve a un solo Dios, y se presenta un mismo evangelio, puede haber celos y disputas entre los siervos de Dios por el trabajo evangelístico realizado en un determinado lugar o ciudad. Esto no debería ser así, más bien, todos los siervos de Dios y ministerios cristianos, deben trabajar con un solo cuerpo para alcanzar a más personas con el evangelio de la salvación y la vida eterna. No debe importar quien haya sembrado el evangelio primero en aquel lugar o ciudad, lo que debe importar es que se continúe con el trabajo evangelístico y discipulado para que la obra del Señor en ese lugar se fortalezca y de frutos para la honra y la gloria de Cristo Jesús. Además, el servicio al Señor no debe ser esperando el elogio y la alabanza de los hombres, sino que se debe servir a Dios de todo corazón, esperando el elogio de Cristo Jesús.
    Queridos hermanos. El servicio a Dios no debe ser realizado esperando recibir algún reconocimiento o la alabanza de parte de los hombres, pues la búsqueda de este reconocimiento es peligrosa, ya que puede inflar el orgullo y la vana gloria.

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  • 2 CORINTIOS 9. EL MINISTERIO DE DAR
    Nov 12 2024

    EL MINISTERIO DE DAR
    2 CORINTIOS 9:12 Entonces dos cosas buenas resultarán del ministerio de dar: se satisfarán las necesidades de los creyentes de Jerusalén y ellos expresarán con alegría su agradecimiento a Dios. 13 Como resultado del ministerio de ustedes, ellos darán la gloria a Dios. Pues la generosidad de ustedes tanto hacia ellos como a todos los creyentes demostrará que son obedientes a la Buena Noticia de Cristo. 14 Y ellos orarán por ustedes con un profundo cariño debido a la desbordante gracia que Dios les ha dado a ustedes. 15 ¡Gracias a Dios por este don que es tan maravilloso que no puede describirse con palabras!. NTV.
    Compartir las bendiciones recibidas de las manos generosas de Dios con los más necesitados de la sociedad, es la voluntad de Dios para todos sus hijos. Este acto generoso del creyente a su vez se vuelve un ministerio dentro del cuerpo de Cristo. El ministerio de dar o compartir las bendiciones de Dios con los más necesitados, no es exclusivamente de un grupo reducido de la iglesia, sino de todos quienes forman parte del cuerpo de Cristo. Este ministerio se debe ejercer con alegría y no con tristeza como muchos miembros de las iglesias cristianas lo hacen, pues a algunos creyentes les duele compartir sus bendiciones para suplir las necesidades de la iglesia, y más aún para suplir las necesidades de las personas necesitadas que no forman parte del cuerpo de Cristo.
    Cuando el ministerio de dar se ejerce con amor, alegría y entusiasmo para satisfacer en algo las necesidades de los menesterosos y pobres de la sociedad, produce dos buenos resultados en la vida del creyente y del cuerpo de Cristo. Al dar generosamente se satisface las necesidades de los que menos tienen, quienes a su vez darán la gloria a Dios por la generosidad mostrada por los hijos de Dios. Quienes recibieron las dádivas de los hijos de Dios, no solo agradecerán, glorificarán y enaltecerán el nombre del único Dios verdadero por todo lo alto, sino que también orarán fervientemente por la vida de quienes les extendieron las manos y compartieron sus bendiciones.
    Compartir las bendiciones de Dios, no nace en el corazón del creyente, sino que es una dádiva que Dios da a cada uno de sus hijos tras su conversión a su amado Hijo Cristo Jesús. Por eso, ningún creyente debe jactarse por compartir sus bendiciones con su prójimo, sino que en completa humildad debe agradecer a Dios por el enorme privilegio que le dio de poder compartir sus bendiciones con la iglesia o con los mas menesterosos de la sociedad. Además, el poder compartir las bendiciones de Dios, produce una alegría total en el corazón del creyente que no puede ser descrita con palabras. La alegría de dar no se compara en nada a la alegría que produce las vanidades de este mundo, la alegría de dar llena completamente la vida y el corazón del creyente. Las personas que no conocen de Dios, también se alegran cuando comparten sus recursos con los más necesitados de la sociedad, pero la alegría que ellos sienten no es total, ya que tienen un vacío en su ser y en sus corazones. Ese vacío solo puede ser llenado por Dios. Solo el eterno Creador del universo, puede dar una completa alegría al hombre por haber compartido sus recursos con los menesterosos de la sociedad, por eso todo aquel que quiera sentir una total alegría de compartir sus recursos, tiene que entregar su ser al Unigénito Hijo de Dios.
    Queridos hermanos. El ministerio de dar o compartir las bendiciones que Dios nos da, produce dos buenos resultados. Primero, Satisfacemos las necesidades de nuestro prójimo, y segundo, los que recibieron nuestras dádivas, glorifican a Dios por todo lo alto y dan gracias a Dios Padre por nuestras vidas. Estos resultados que produce el dar, deben ser razones más que suficientes para compartir nuestras bendiciones para suplir las necesidades de la iglesia y las necesidades de nuestro prójimo. Hermanos. No debemos esperar enriquecernos para poder compartir nuestros recursos o bendiciones con los más necesitados, podemos compartir lo poco que tengamos.

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  • 2 CORINTIOS 7. MUERTE ESPIRITUAL
    Nov 5 2024

    MUERTE ESPIRITUAL
    2 CORINTIOS 7:8 No lamento haberles enviado esa carta tan severa, aunque al principio sí me lamenté porque sé que les causó dolor durante un tiempo. 9 Ahora me alegro de haberla enviado, no porque los haya lastimado, sino porque el dolor hizo que se arrepintieran y cambiaran su conducta. Fue la clase de tristeza que Dios quiere que su pueblo tenga, de modo que no les hicimos daño de ninguna manera. 10 Pues la clase de tristeza que Dios desea que suframos nos aleja del pecado y trae como resultado salvación. No hay que lamentarse por esa clase de tristeza. Pero la tristeza del mundo, al cual le falta arrepentimiento, resulta en muerte espiritual. NTV.
    Recibir una reprensión, sin duda que a ninguna persona le gusta, pero son importantes, ya que las reprensiones pueden ayudar a las personas a que enrumben nuevamente sus vidas, si han estado viviendo apartados del camino de la ética, las normas morales y los valores humanos. La reprensión es importante en la vida del creyente, y el apóstol Pablo lo sabía, por eso, cuando algunos creyentes de la iglesia de Corinto no estaban llevando una vida que honre y glorifique a Dios, les reprendió por medio de una carta. Esta carta, posiblemente no fue para nada alentador para los creyentes de esa iglesia, ya que tenía palabras severas de amonestación por el estilo de vida que estaban llevando.
    Por la severidad de sus palabras en su carta, el apóstol Pablo previó la reacción que iban a tener los creyentes de la iglesia de Corinto y se entristeció, pues la carta les iba a causar tristeza, dolor y amargura en alguno de ellos. No es que la carta de Pablo tenía alguna clase de insultos, sino que tenía reproches porque no estaban llevando una vida que refleje a Cristo, además tenía consejos para que vivan una verdadera vida cristiana que honre y glorifique a Dios. No todos los creyentes actúan del mismo modo cuando son reprendidos por el inadecuado estilo de vida cristiana que están llevando, algunos se molestan y se indignan con quien les reprendió, pero otros se entristecen por que se dan cuenta de que no han estado actuando como corresponde a un hijo de Dios. Los creyentes de la iglesia de corinto reaccionaron de la segunda manera. La carta de Pablo les provocó tristeza y dolor, pues fueron conscientes que habían fallado a Dios.
    Las palabras severas del apóstol, llevó a los creyentes de la iglesia de Corinto a un arrepentimiento genuino, por eso, Pablo estaba contento de haberles enviado la carta, pese a que en primera instancia, su carta, les ocasionó tristeza y dolor, pero al final, llevó a los creyentes de Corinto a que se arrepintieran y estrecharan nuevamente su comunión con Dios. Una amonestación puede ocasionar tristeza y dolor momentánea, pero el resultado final de una amonestación, puede generar una alegría eterna, si el creyente se arrepiente de sus malos caminos y vuelve al camino de la salvación y la vida eterna. Si un creyente no es amonestado a tiempo por sus pecados, puede perderse definitivamente, pero si es amonestado, la amonestación le puede ayudar a reflexionar de como está llevando su vida con un redimido por la sangre de Cristo.
    El verdadero arrepentimiento ocasiona dolor, al darse cuenta de que ha fallado a aquel que entregó su vida en la cruz del calvario por ceder a los impulsos de su vieja naturaleza. Este dolor de los creyentes que andan en rebeldía y pecado, es la voluntad de Dios; pues es la clase de dolor que al Padre eterno gusta de ver en sus hijos que se dan cuenta que han fallado en llevar una vida integra y santa. El dolor de un corazón contricto y arrepentido, son de una naturaleza genuina, que lleva al penitente a apartarse del pecado con dolor y con odio contra este pecado, para allegarse a Dios.
    Queridos hermanos. En una persona que no ha entregado su vida a Cristo, la tristeza y el dolor por el pecado, no es verdadero arrepentimiento, sino mero remordimiento. Produce amargura, dureza, desesperanza y, al final, muerte. Eso queda ilustrado con la vida de Judas.

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  • 2 CORINTIOS 5. MINISTERIO DE LA RECONCILIACIÓN
    Oct 29 2024

    MINISTERIO DE LA RECONCILIACIÓN
    2 CORINTIOS 5:18 … Dios nos ha dado la tarea de reconciliar a la gente con él. 19 Pues Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo, no tomando más en cuenta el pecado de la gente. Y nos dio a nosotros este maravilloso mensaje de reconciliación. 20 Así que somos embajadores de Cristo; Dios hace su llamado por medio de nosotros. Hablamos en nombre de Cristo cuando les rogamos: ¡Vuelvan a Dios!. 21 Pues Dios hizo que Cristo, quien nunca pecó, fuera la ofrenda por nuestro pecado, para que nosotros pudiéramos estar en una relación correcta con Dios por medio de Cristo. NTV.
    Las diferencias de pensamientos, así como las ofensas o las promesas no cumplidas, ocasionan que las personas se enemisten. Esta enemistad puede perdurar por mucho tiempo, incluso hasta la muerte, si alguna de las partes afectadas no sede y busca reconciliarse con su prójimo. Cuando el pecado entró a la vida de los hombres, ocasionó la enemistad entre Dios y los hombres. Pero Dios por su amor a la humanidad pecadora, buscó la manera de reconciliar a la humanidad consigomismo, y así rescatarlos de la condenación eterna que les esperaba como consecuencia de sus delitos y pecados. La única manera que Dios encontró para reconciliar a la humanidad con Él, fue por medio de Su amado Hijo Cristo Jesús, quien entregó su vida en la cruz del calvario.
    Por la muerte de Jesucristo en la cruz del calvario, Dios anuló en gracia la distancia que el pecado había introducido entre Él y el hombre, para que todas las cosas pudiesen ser, por medio de Cristo, presentadas en conformidad a Él mismo. Toda persona que acepta a Jesucristo como su Señor y Salvador, halla la reconciliación con Dios, y ahora puede presentarse delante de Dios Padre con una vida santificada, irreprochable e irreprensible. Cuando Jesucristo vino a este mundo, Dios Padre estaba en Cristo, reconciliando al mundo a Sí mismo, no tomándoles en cuenta sus transgresiones. Dios, gracias a su inmenso amor provee un camino por el que a los hombres se les puede no tener en cuenta sus transgresiones, pero en tanto que el camino está disponible para todos, es efectivo sólo para aquellos que están en Cristo. Las transgresiones de los inconversos desde luego les son tenidas en cuenta, pero en el momento en que esos hombres confían en Jesucristo como su Señor Salvador, son contados como justos en Él, y les son borrados sus pecados.
    Toda persona que ha alcanzado la reconciliación con Dios Padre, ahora tiene el deber de compartir el mensaje de la reconciliación a otros, y así ellos también alcancen la reconciliación con Dios, y se escapen de la condenación eterna. Todo aquel que lleva el mensaje de la reconciliación, es un embajador de Cristo entre los hombres. Un embajador es un ministro de estado, que representa a su propio gobernante en un país extranjero. El creyente como embajador de Cristo, es su portavoz oficial entre los hombres inconversos, y tiene la importante tarea de compartir el evangelio de la cruz, la cual tiene el poder de reconciliarlos con Dios. Cuando el creyente predica el evangelio de la salvación y la vida eterna, es como si Dios mismo estuviera hablando al corazón de los hombres inconversos, rogándoles que abandonen sus pecados, y entreguen sus vidas a Su amado Hijo Cristo Jesús, para que sus pecados sean totalmente perdonados, y puedan vivir eternamente en el reino de los cielos. Para que la humanidad alcance esta reconciliación, Dios hizo que Cristo fuese hecho pecado, aunque Cristo no conoció pecado personalmente, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él
    Queridos hermanos. Dios con su infinito amor nos atrae hacia sí mismo y nos reconcilia, borra todos nuestros pecados y nos hace justos delante de Él. Al momento que aceptamos a Jesucristo en nuestro corazón como nuestro Señor y salvador, dejamos de ser enemigos, extraños o extranjeros para Dios Padre. Ahora, podemos estar en su presencia para morar eternamente junto a Él en el reino de los cielos.

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  • 2 CORINTIOS 4. DIFICULTADES PRESENTES
    Oct 25 2024

    DIFICULTADES PRESENTES
    2 CORINTIOS 4:14 Sabemos que Dios, quien resucitó al Señor Jesús, también nos resucitará a nosotros con Jesús y nos presentará ante él mismo junto con ustedes. 16 Es por esto que nunca nos damos por vencidos. Aunque nuestro cuerpo está muriéndose, nuestro espíritu va renovándose cada día. 17 Pues nuestras dificultades actuales son pequeñas y no durarán mucho tiempo. Sin embargo, ¡nos producen una gloria que durará para siempre y que es de mucho más peso que las dificultades! 18 Así que no miramos las dificultades que ahora vemos; en cambio, fijamos nuestra vista en cosas que no pueden verse. Pues las cosas que ahora podemos ver pronto se habrán ido, pero las cosas que no podemos ver permanecerán para siempre. NTV.
    A lo largo de su vida, las personas emprenden proyectos económicos para solventar sus gastos cotidianos o para tener riquezas, pero no todos los proyectos que emprenden tienen éxito, ya que en el proceso, se presentan dificultades, y estas a su vez, hacen que los proyectos fracasen al poco tiempo de haberse puesto en marcha, dando como resultado que se cierren . Algo similar sucede con algunos proyectos o ministerios cristianos, ya que no todos los ministerios que se emprenden para servir a Dios tienen éxito. Algunos ministerios o congregaciones al encontrarse con dificultades, quedan estancados, cuando eso sucede, los líderes ministeriales o pastores se desaniman y toman la dolorosa decisión de cerrar la obra que iniciaron con tanto amor y devoción al Señor.
    Llevar adelante una congregación o un ministerio cristiano entre los hombres, no es una tarea fácil como muchos lo creen, pues el camino de servir a Dios con amor y devoción está lleno de obstáculos, los cuales a su vez, hacen que sea difícil seguir adelante con la obra encomendada por el Señor. Ante estas dificultades, algunos líderes ministeriales, diáconos y pastores se rinden y abandonan la obra. El verdadero siervo de Dios, no sede fácilmente ante los obstáculos, o las dificultades por más grandes que estas sean, sino que sigue adelante, venciendo todos los obstáculos que se le presente, pues su amor y devoción al Señor sobrepasa las dificultades de este mundo, además tiene la certeza que estas dificultades en su servicio al Señor son pasajeras o momentáneas en comparación a la gloria eterna que le espera, en el reino de los cielos junto a Dios Padre.
    La resurrección y la vida eterna en el reino de los cielos es real para todos los hombres que aceptan el sacrificio realizado por Jesucristo en el madero. Esta verdad, debe ser una razón más que suficiente para que los creyentes sigan adelante en su servicio al Señor con amor y devoción, superando todas las dificultades que se le presenten, aun las persecuciones por compartir el evangelio de la salvación y la vida eterna. Los verdaderos hijos de Dios, deben estar dispuestos por entregar su vida para que la palabra de Dios llegue a todos los rincones del mundo, tal como Jesucristo entregó su vida para rescatarlos de la condenación eterna en la que se encontraban, debido a sus delitos y pecados.
    Al momento de servir al Señor, los creyentes no deben ver las dificultades que se les pueden presentar en el ministerio encomendado por el Señor, en su lugar, deben ver la vida eterna que disfrutarán en el reino de los cielos por su fidelidad al mandato de su Señor y Salvador. En este momento, los creyentes no pueden ver la vida eterna en el reino de los cielos, pero si las dificultades en su servicio al Señor. Pese a que la vida eterna permanece oculta a la mirada del creyente, es real, y se manifestará en todo su esplendor cuando el Señor regrese por los suyos a llevarlos consigo a la morada de Dios Padre.
    Queridos hermanos. Las dificultades, pruebas y padecimientos que el apóstol Pablo tuvo que soportar a lo largo de su ministerio, la mayoría de nosotros no las tenemos que soportar en la actualidad, ya que, en la mayoría de los países, hay libertad para compartir el evangelio.

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  • 2 CORINTIOS 3. GLORIOSA IMAGEN DE CRISTO
    Oct 21 2024

    GLORIOSA IMAGEN DE CRISTO


    2 CORINTIOS 3:14 … cada vez que se lee el antiguo pacto, el mismo velo les cubre la mente para que no puedan entender la verdad. Y este velo puede quitarse solamente al creer en Cristo. 15 Efectivamente, incluso hoy en día, cuando leen los escritos de Moisés, tienen el corazón cubierto con ese velo y no comprenden. 16 Pero, cuando alguien se vuelve al Señor, el velo es quitado. 18 Así que, todos nosotros, a quienes nos ha sido quitado el velo, podemos ver y reflejar la gloria del Señor. Y el Señor, quien es el Espíritu, nos hace más y más parecidos a él a medida que somos transformados a su gloriosa imagen. NTV.


    La revelación de Dios, siempre ha estado a disposición de toda la humanidad, pero la humanidad no ha podido comprender esta revelación, debido a que sus mentes están cubiertas por un velo, el cual impide que su entendimiento se abra a la revelación de Dios. Este velo es el pecado. El pecado nubla completamente el entendimiento de las personas, por eso, por más que leen las Sagradas Escrituras una y otra vez, no comprenden el mensaje de Dios. Al no comprender la revelación de las Escrituras, la interpretan erróneamente y enseñan un mensaje distorsionado de la palabra de Dios a otros hombres que al igual que ellos, tienen sus mentes cubiertas por el velo del pecado.


    El pueblo judío, recibió de primera mano la revelación de la voluntad de Dios por medio de Moisés, pero la mente del pueblo judío estaba cubierta por el velo del pecado, razón por la cual jamás comprendieron la revelación de Dios. Esta ceguedad espiritual del pueblo judío, prevalecía en los tiempos del apóstol Pablo, razón por la cual cuando leían el antiguo pacto, el Antiguo Testamento, no comprendían la revelación que Dios les había dado. Jesucristo vino a este mundo para quitar el velo que cubre el entendimiento de las personas, y así puediecen comprender la revelación de Dios. Para que el velo del pecado sea quitado de la mente, el hombre debe aceptar el sacrificio realizado por Jesucristo en el madero, y aceptarlo en su corazón como su Señor y Salvador, caso contrario, nunca comprenderá la revelación de las Sagradas Escrituras.


    Cuando una persona pecadora se vuelve al Señor de todo corazón, aceptando a Jesucristo como el Mesías prometido por los profetas del Antiguo Testamento, entonces el velo es quitado de su mente, y la oscuridad desaparece por completo. Entonces amanece la verdad de que todos los tipos y sombras de la ley del antiguo pacto, encuentran su cumplimiento en el amado Unigénito Hijo de Dios, el Mesías de Israel. Toda persona que reconoce el Señorío de Cristo, puede reflejar la gloria del Señor en su vida, ya que el Espíritu Santo que mora en su interior, obra incansablemente para que el redimido por la preciosa sangre del Unigénito Hijo de Dios, cada día se parezca más y más a Él, transformándolo a la medida de su gloriosa imagen.


    El maravilloso proceso de transformación tiene lugar de gloria en gloria, es decir, de un grado de gloria a otro. La transformación a la gloriosa imagen de Jesucristo no es cosa de un cambio instantáneo de un momento para el otro, es un proceso que termina cuando el creyente llega la presencia de Dios Padre para morar eternamente junto a Él. No hay experiencia en la vida cristiana que haga reproducir la imagen gloriosa de Cristo en un momento. Es un proceso, no una crisis. No es como la gloria en desvanecimiento de la ley, sino una gloria siempre creciente que finalizara en el reino de los cielos.


    Queridos hermanos. En el momento que aceptamos a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador, la venda que cubría nuestro entendimiento fue quitado, ahora podemos comprender la revelación de Dios que se encuentran en las páginas de las Sagradas Escrituras. Por eso al acudir a la Biblia, podemos ver al Unigénito Hijo de Dios revelado en todo Su esplendor. Todavía no lo vemos cara a cara, sino sólo tal como se presenta en la palabra como espejo. Al comprender la revelación, comprendemos que es la gloria del Señor la que contemplamos en las páginas de las Escrituras. Pero llegará un día cuando por fin podremos contemplar la gloria del Señor en todo su esplendor, en ese maravilloso día, nosotros también seremos transformados a su misma gloriosa imagen. Hermanos. Llegar a tener la misma gloriosa imagen de Cristo, debe ser nuestro anhelo, por eso debemos permitir que el Espíritu Santo que mora en nuestro interior, trabaje en nuestro ser cada día, y nos moldea a la medida de la imagen de nuestro amado Señor y Salvador Cristo Jesús.

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  • 2 CORINTIOS 2. DISCIPLINA Y PERDÓN
    Oct 18 2024

    DISCIPLINA Y PERDÓN
    2 CORINTIOS 2:5 No exagero cuando digo que el hombre que causó todos los problemas los lastimó más a todos ustedes que a mí. 6 La mayoría de ustedes se le opusieron, y eso ya fue suficiente castigo. 7 No obstante, ahora es tiempo de perdonarlo y consolarlo; de otro modo, podría ser vencido por el desaliento. 8 Así que ahora los insto a que reafirmen su amor por él. 11 para que Satanás no se aproveche de nosotros. Pues ya conocemos sus maquinaciones malignas. NTV.
    La práctica de la disciplina y el perdón, son prácticas relevantes dentro de las congregaciones cristianas protestantes, por eso, ninguna de estas dos prácticas se debe excluir en una asamblea de creyentes. De ninguna manera se debe pasar por alto las acciones pecaminosas de un miembro del cuerpo de Cristo. Al conocer el pecado de este miembro, los líderes de la congregación, deben aplicar la disciplina, ya que la disciplina le ayudará a recapacitar de sus acciones pecaminosas, y a buscar la reconciliación con Dios mediante el arrepentimiento genuino de sus pecados. Pese a la importancia de la disciplina dentro del cuerpo de Cristo, algunos líderes cristianos lo pasan por alto, y se muestran permisibles a la práctica del pecado dentro de sus congregaciones, aduciendo que no se debe juzgar a otros, ya que si juzgan, ellos mismos serán juzgados con severidad por el Señor de los ejércitos Celestiales. Además, aducen que deben perdonar tal como Dios los perdonó. Esta postura es contraria a la voluntad de Dios, ya que Su voluntad es que se amoneste a los que siguen practicando el pecado tras su conversión a su amado Hijo Cristo Jesús. Esta amonestación debe ser hecha con amor, y no con rencor, odio o revanchismos.
    De la misma manera que se disciplina a un miembro de la congregación por sus faltas, también se le tiene que extender el perdón cuando la disciplina ha surtido efecto en su vida, y muestra un genuino arrepentimiento de sus pecados. Esta instrucción la dio el apóstol Pablo a los líderes de la iglesia de Corinto. El apóstol deseaba que los creyentes recibieran nuevamente en su comunión a los miembros de la congregación que habían pasado por una disciplina, a los que realmente mostraran un sincero arrepentimiento de las faltas que habían cometido y habían mostrado aflicción por la justa disciplina impuesta. Ya que la falta de perdón al hermano arrepentido, podría ocasionarle más dolor y posiblemente el alejamiento definitivo de los caminos de la verdad y la justicia. Ante un corazón dolido por la falta de perdón, Satanás está siempre listo para actuar y envenenar el corazón de un redimido y así apartarlo del camino de la salvación y la vida eterna. Con sus estratagemas, el maligno arruinará a la persona arrepentida, pues sembrará en su corazón rencor y odio hacia los hermanos que no le perdonaron y hacia el evangelio de Cristo. Si Satanás no pudo destruir al creyente con la práctica del pecado, lo intentará por el dolor abrumador que sigue al arrepentimiento.
    Ante la falta de perdón a un arrepentimiento genuino, no sólo existe peligro que Satanás saque ventaja tentando al penitente a pensar mal de Dios y de la religión, a guardar rencor y odio contra las iglesias y los ministros de Cristo. El rencor y odio, ocasionará que el penitente, de un mal testimonio de la iglesia, así como del evangelio ante los mismos creyentes, así como delante de las personas que todavía no han alcanzado la salvación y la vida eterna. Toda esta situación podría ocasionar divisiones dentro del cuerpo de Cristo y posiblemente frenará el crecimiento del ministerio delante de los inconversos.
    Queridos hermanos. Dentro de nuestras congregaciones, la práctica de la disciplina y el perdón deben ser fundamentales. La disciplina siempre debe buscar la restauración al hermano que ha caído en pecado. En esta práctica, podemos cometer dos errores puntuales: podemos ser demasiado permisivos con el pecado y no corregir los errores, o ser demasiado estrictos y no perdonar cuando exista un genuino arrepentimiento.

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