TIFERET - La disconformidad con la vida - 10/12/24
Cuando tenemos poca energía o necesitamos cambiar nuestra situación mental porque nos somete a un estado negativo es, suele ser porque no nos prestamos atención nuestro interior, que en definitiva es lo que somos realmente.
Cuando dedicamos demasiada energía a conseguir cuestiones exteriores, tanto como para generarnos malestar, es porque realmente no nos escuchamos dentro, ni nos respetamos o reconocemos.
La única solución permanente y definitiva es encontrarnos con nuestro interior, donde podemos ser todo lo que anhelamos encontrar fuera.
Toda nuestra fuerza real ha de venirnos de dentro y por ello es necesario que lo prestemos gran atención, porque somos fuertes en lo que somos de verdad, no en el pensamiento de ser algo, frecuentemente muy limitado.
No se comprende que una consciencia de ser tan amplia, como la que percibimos dentro, deba limitarse a las posibilidades que nos ofrece creernos un cuerpo y sus límites.
Cuando vemos la diferencia entre lo que anhelamos y lo que podemos vivir como seres humanos, también podemos reconocer lo que somos en real en el interior y lo que podémoste mostrar de ello como seres físicos.
Si asimilamos que en lo físico no encontrará reflejo lo que anhelamos , entonces sabremos que lograrlo ha de ser un acto interior y silencioso, es decir, sin contar con nada externo.
¿Por qué no detengo mi vida en este momento y simplemente me dejo sentir?
Para poder vivir de verdad necesitamos estar en el sentir directo de nuestro interior en vez de vivir en base a un aprendizaje de ser una idea de yo.
Tenemos la idea de que hemos de tener un para qué vivir como si tratase de un proyecto personal en base a nuestra identidad humana y sin embargo hay una realidad interior que se puede encontrar a sí misma sin basarse en la propia vida humana, sino que puede ser directamente un dictamen interior.
Uno se separa de la identidad apoyada externamente para pasar a reconocerse interiormente real sin más.
Es la sensación de ser interior la que nos llevará a aceptar la vida externa como un estado transitorio y a la vez, a la importancia de reconocer lo real en uno mismo, sin necesidad de referencias externas o pensadas.
La forma de acceder a esa realidad de ser no es otra que dejarnos ser. Es una actitud de no proyectar en nuestra mente ninguna representación de lo que vamos reconociendo como verdad, para ser la verdad misma que se manifiesta.
En ese reconocimiento vamos a encontrar la fuente de energía que aporta la verdad con lo que dispondremos de todo lo que necesitamos para ser verdad.
De esta manera podemos inhalar desde esa sensación interior y dejarnos llenar de esa sensación sin ponerle un límite, hasta identificar lo real.
Cuando realizamos esta inmersión hemos de soltar todas las cuestiones humanas, todo lo que nos encontramos desde que nacemos. En ese momento desaparece todo lo pasajero y nos quedamos con lo que siempre esta.
Como islas no somos conscientes de que hay una montaña debajo que nos mantiene y sostiene a flote.
De la misma forma que una isla confía y se deja sustentar por la montaña hemos de hacerlo nosotros con nuestro interior.
Las cuestiones que sucedan no han de debilitarnos, ni atraparnos, porque nuestra base permanece.
Vamos a soltar todo ese maltrato que el pensamiento nos inflige y vamos a permanecer en esa inhalación desde la realidad interior que permanece.
Pase lo que pase tenemos la libertad y el derecho de percibir la montaña que nos sustenta.
Del mismo modo que el agua nos impide ver la realidad de la montaña que la sustenta, nosotros quizás no veamos la realidad del ser que somos.
Todo nuestro poder proviene de esa montaña interior, sin ella no podríamos existir como islas.
Solo es nuestra mente y nuestro aprendizaje lo que limita la dimensión de ese poder.
Es interesante descubrir o reconocer cuales son las exigencias que nos auto imponemos y que a su vez son la causa de nuestra infelicidad.