Antes de llenar estadios, Yeison Jiménez llenó bolsas de basura.

Antes de hacer una carrera cantando, vendió pescado, manejó camiones y vivió en un barrio en el que la muerte y la adicción eran el pan que se consumía todos los días.

Y cuando por fin alcanzó la cima de su carrera, la ansiedad y la depresión llegaron a hacerle cuestionar su camino y la forma en la que estaba viviendo su vida. Porque si bien todo lo que tiene lo ha construid con las uñas, hubo un momento en el que, sin saber por qué, su cuerpo y su mente dejaron de responderle.

En este episodio, Yeison nos abre las puertas de su vida para compartirnos sus luchas -tanto físicas, como mentales y espirituales- y lo difícil que fue reconocer que algo no estaba bien cuando afuera parecía estarlo. Hablamos de su relación con Dios, de lo que significa venir de abajo, reconstruirse dejando todo lo conocido atrás y ayudar a los suyos, para hoy en día poder de mirar hacia atrás y decir: lo logramos, y ahora puedo disfrutarlo.

Gracias Yeison. Por dejarnos conocer otra fecta tuya y la cantidad de vidas que has transitado; el niño que lo perdió todo, el joven que dejó su casa con un colchón y una guitarra y el papá que aprendió que la vida es un hilo y que, en vez de correrla, hay que aprender a caminarla. Pero sobre todo, gracias por ser un ejemplo de resiliencia, valentía y superación. Nos inspiras más de lo que creemos te puedes imaginar.

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