Para algunos, crecer entre dos culturas puede ser una ventaja. Para Yokoi Kenji, fue una paradoja que sigue tratando de resolver.

Hijo de padre japonés y madre latina, vivió entre la sobriedad de una cultura que exige control absoluto y la intensidad de una que abraza la emoción sin ningún tipo de restricción. En Japón, la disciplina lo moldeó, pero también lo encerró. En Latinoamérica, la pasión lo sacudió, pero también lo desbordó.

En este episodio de Los Hombres Sí Lloran, Kenji nos habla de lo que significa no pertenecer del todo a ningún lugar. De la rigidez japonesa que le enseñó a no quejarse, a tragarse el dolor hasta enfermarse, y de la espontaneidad latina que lo obligó a confrontar el caos que habitaba en su interior.

Hablamos del suicidio en Japón y de por qué el exceso de paz también puede matar. De la muerte vista como un evento cotidiano y de cómo los latinos, con su forma visceral de vivir, muchas veces encuentran más razones para quedarse. Y hablamos de lo que lo salvó: entender que no tenía que elegir un solo camino, sino crear el suyo propio.

Si alguna vez has sentido que no encajas, que las expectativas de tu entorno te asfixian o que estás atrapado entre ser quien eres y quien deberías ser, este episodio es para ti.

Kenji, gracias por recordarnos que pertenecer no es adaptarse a un molde, sino aprender a ser nosotros mismos en cualquier lugar.

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