Autora: Maria Sokolowska www.instagram.com/@mariasoko.psico
Edición: Centre Camina
¡Hola, pequeños aventureros! Hoy haremos un viaje muy especial, pero no necesitamos mochila ni brújula, solo nuestra imaginación. ¿Estáis preparados? Siéntate o túmbate de manera que estés cómodo. Puedes poner las manos sobre tus piernas o dejarlas a un lado. Cierra los ojos, respira profundamente y empezamos. Primero, prestaremos atención a nuestra respiración. Inspira por la nariz, cuenta hasta tres, uno, dos, tres, y ahora expira lentamente por la boca, como si quisieras soplar una pluma en el aire. Respira con suavidad. Vamos a inspirar una vez más, llenando nuestra barriga de aire, y expiraremos poco a poco, dejando ir cualquier pensamiento que no necesitamos ahora mismo. Imagina que cada vez que respiras, te llenas de paz y tranquilidad. Ahora que ya has llegado a la tranquilidad y estás respirando suavemente, vamos a empezar este viaje. Imagina que eres una sirena. Fíjate en tu cola, en los colores que tiene. Siente como el agua te rodea. Mientras nadas, observa como el sol brilla en la superficie del océano, creando destellos de luz. A tu alrededor, ves un arrecife de coral precioso, lleno de vida. Nadas entre los corales y ves muchos peces de colores muy felices. Hay peces payaso que juegan en las anémonas, y peces ángel que pasan flotando por al lado. Coge aire y siente la alegría de estar rodeada de tantos animales y plantas increíbles. De repente, encuentras una tortuga marina que nada lentamente a tu lado. Ella es sabia y amable. Siempre puedes volver a este lugar cuando lo desees, te dice. Siente su calma y su sabiduría, y agradece este encuentro tan especial. Ahora, ha llegado el momento de volver a la superficie. Te despides de la tortuga y los peces que has conocido en este viaje. Agradece este momento de calma y tranquilidad. E imagina que guardas toda esta calma en algún lugar de tu cuerpo, por ejemplo, en tu corazón, para tenerla siempre que la necesites. Empieza a nadar hasta la superficie, moviendo tus manos y tus pies. Coge aire por última vez. Expira. Y cuando estés preparada, sal del agua. Cuando puedas, abre los ojos y recuerda que puedes volver aquí siempre que lo necesites. Gracias por compartir este momento conmigo. Espero que te sientas feliz y relajada. Ahora, puedes continuar con tu día. ¡Hasta la próxima!
Obra: Ecos Nocturnos
Música de https://www.fiftysounds.com/es/
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