A finales de verano de 2023 me metieron en un calabozo sin dejarme despedir de mi hijo de 3 años. Salí unos días más tarde feliz de ver el sol, sin saber que empezaba la peor crisis de mi vida. Una crisis por perder una familia, por no saber nada de mi hijo en más de 4 meses, sin poder abrazar con normalidad a mi niño. Y, por fin, pese al dolor, me he decidido compartir contigo este proceso, de cómo la meditación y la práctica de Mindfulness Basado en Amor y Humor, literalmente, me estan salvando e, incluso, sanando. Porque la vida me ha puesto delante, sí o sí, la necesidad de abrazar a ese otro niño interior que se ha despertado, llorado, chillado. Así abrazo a "Mi niño".
(Si quieres ayudarme a que la justicia vaya más rápida -ahí está el dolor principal- y que leyes injustas que a niños de familias enteras cambien, te lo ruego, comparte cada uno de estos episodios y pide que, a su vez, se compartan. De corazón, mil gracias. Oli).
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